Estos datos son manejados por los fabricantes de ladrillos y ellos mismos reconocen que la elaboración de ladrillos se mueve entre los formal e informal (legal e ilegal) y no existe un control de las autoridades de gobierno.
El tema ameritó entrevistar al ejecutivo de una de las mayores empresas de cerámica o ladrillos como es Incerpaz, Lic. Luis Paz Rojas, quien revela de cómo se mueve este rubro en el país.
“A grandes rasgos existe una tendencia del 40% es formal, eso quiere decir que tributa al país, impuestos, seguridad social, caja, beneficios sociales para el trabajador y cumplimiento de leyes medio-ambientales. Mientras que un 60% se dividen en dos grupos de fabricantes de ladrillos: los medios formales que facturan una parte de su producto (entre 10 y 50% de su producción facturan –con o sin factura-) dependiendo de la región, porque hay lugares donde no se controla la fabricación de ladrillos. Menos posibilidades tiene el ministerio de trabajo para precautelar los derechos de los trabajadores. Hay de las otras la pequeñas y que no están fiscalizadas y definitivamente no tributan y menos pagan Afps, porque a los obreros les pagan por jornal y no tienen seguro de salud, pese al duro trabajo. “Nosotros nos sentimos orgullosos de cumplir las normas con los trabajadores y clientes”, afirma.
Estimativamente el país pierde en impuestos, solamente en el caso de La Paz entre 80 y 100 millones de bolivianos anuales. Tomando en cuenta derechos de los trabajadores, ya que muchos ganan por jornal desde 50 bolivianos día. Esto multiplicado por otras fábricas en el interior del país, la cifra se dispara en el no pago de impuestos al país.
“Esto le hace daño a nuestra sociedad, ya que las autoridades no pueden hacer obras como escuelas, carreteras, ya que están evadiendo los impuestos con la fabricación de ladrillos. Ahora es importante la Responsabilidad Social Empresarial y nos hemos ocupado de esto y hemos capacitado a nuestra gente en diferentes áreas y los seguiremos haciendo. Esto provocado crearnos nuestra propia competencia, ya que nuestro mismos empleados tienen sus fábricas y lo digo con orgullo y son amigos y ojalá con ellos podamos formar una asociación en el futuro”, sostiene.
PROYECCIONES
Si el crecimiento de la población es del 3%, eso quiere decir mayor exigencia de construcciones y material para los que forman nuevos hogares “Gran parte de los jóvenes viven en la casa de los suegros, de papá, alquilan infraestructura de pésima calidad, o se agarran un anticrético en condiciones nada favorables. Se necesita al año más de 20.000 viviendas en La Paz por este crecimiento. Aclaro que está dirigido para los nuevos matrimonios y esto seguirá creciendo en el tiempo. Ahora el gran problema es que se construyen departamentos y mucha gente no puede acceder por los elevados precios y no casas sociales para la gente de bajos recursos y esto es mejorado por las autoridades que pretenden bajar seguramente estas necesidades”.
El precio del ladrillo, actualmente se aproxima a bajar al precio del pan marraqueta, no tiene competencia pues otros productos como el cemento, fibro-cemento, estuco, Dray Wall y otros son caros y de poca duración en el tiempo.
EL PAÍS PIERDE IMPUESTOS
Según Paz, en Bolivia el consumo de ladrillos es de 20 piezas por boliviano, eso quiere decir que de los 11 millones de habitantes se fabrica 220 millones de unidades al año “es bajo para un país, en contraste tenemos un bajo nivel habitacional, eso quiere decir que son pocos los que tienen casas propias, pese a que el crecimiento de población es del 3%, la brecha es grande entre la necesidad de vivienda y la posibilidad de cubrir en los siguientes años, de ahí que las autoridades pretenden cubrir el déficit de vivienda intentando construir y cubrir las viviendas, aun así no llegaríamos a cubrir las exigencias, porque los niños crecen rápido”. (Primera Parte).
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