lunes, 8 de junio de 2015

Precio de la carne de res sube más de 12% en un año

El precio de la carne de res para el consumidor final subió hasta en 12,17 por ciento en esta ciudad, entre 2014 y lo que va de 2015, alza que el administrador del matadero municipal, Diego Rada, no justifica ya que el precio del kilo gancho se mantiene y el precio del faeneo no subió desde 2013.

El dirigente de los matarifes, Edwin Palma, dijo que el kilo gancho se mantiene sin cambios en 22,50 bolivianos; pero el precio de venta varía de acuerdo al corte de carne.

Datos de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz) señalan que el precio del kilo gancho cerró 2014 a 21,50 bolivianos, lo que significa que el precio para este año subió sólo en 4,65 por ciento.

Con datos del Ministerio de Desarrollo Productivo, Rada explicó que entre 2013 y 2014 la carne de res en gancho subió en 8,25 por ciento y que entre 2014 y 2015 el kilo subió en 9,52 por ciento; pero en cortes los precios de este año se dispararon ya que entre 2013 y 2014 el precio de la chuleta subió en 2,36 por ciento, mientras que entre 2014 y 2015 subió en 11,54 por ciento. En el caso de cadera la subida hace un año fue de 5,02 por ciento, mientras que este año es de 11,64 por ciento; y la variación más alta es la de la pulpa con hueso que hace un año subió en 4,33 por ciento el kilo, mientras que para este año el incremento es de 12,17 por ciento. Algo similar sucede con el precio de otros cortes de carne.

Rada dijo que los matarifes “ponen muchos escudos” para encarecer la carne y uno de ellos es el precio del faeneo, pero hizo notar que en Cochabamba la tarifa se mantiene desde 2013 en 54 bolivianos por cabeza. Recordó que entre 2011 y 2012 el precio por cabeza era de 50 bolivianos y que en 2014 se intentó subir, pero los matarifes se apoyaron en la Central Obrera Boliviana y el Gobierno para neutralizar el incremento.

Palma, vicepresidente de los trabajadores en carne de Cochabamba, dijo que en promedio venden el kilo entre 26 y 28 bolivianos y justificó que haya precios “muy diversificados” en función al corte.

Otro de los “escudos” a los que se refirió Rada son los problemas de transitabilidad en El Sillar, en la vía Cochabamba-Santa Cruz, y puso como ejemplo que este año, antes de la caída del puente San Pedrito, el kilo al consumidor final estaba en 23,20; pero con el cierre del camino subió a más de 27 bolivianos. El problema fue resuelto, pero el precio no volvió a bajar, señaló.

Hizo notar también que mientras sube la carne baja el consumo ya que, según registros del matadero, en 2014 se faeneaban 42 mil kilos de carne diarios y para este año esa cantidad bajó a 36 mil kilos que equivalen a un promedio de 180 reses.

Un matarife faenea un promedio mensual de 80 reses, lo que significa que percibe cerca de 480.000 bolivianos de ingreso bruto al mes. A detalle, haciendo una relación exacta de ingresos por subproductos, venta de hueso, desperdicios y carne además de egresos incluyendo costos de faeneo, cámara fría, alquiler, empleado y otros, el ingreso líquido mensual por 80 reses es de más de 14 mil bolivianos por matarife y no tributados, según Rada.

SECTOR TIENE VARIOS INGRESOS, PERO NO EMITE FACTURA

Consultado sobre las quejas de los matarifes sobre las condiciones del matadero, Rada admitió que “necesita renovarse” en lo que se refiere a equipamiento y también necesita más personal; “pero eso supone más costos laborales y no se puede hacer mejoras si no hay el pago de la contraparte, tiene que ser equitativo”, dijo e insistió en que sus ganancias permiten a los matarifes no sólo pagar por un mejor servicio de faeneo, sino que también les obligan a facturar tal como exige el Servicio Nacional de Impuestos Internos (SIN).

Para Rada, el argumento de los matarifes de no querer facturar porque el incremento recaerá en el bolsillo del consumidor final es sólo un pretexto, porque “en el incremento de precios de este año se puede ver que ya han incluido el valor agregado por su trabajo al hacer los cortes”. Pero no es su única ganancia. El matarife comienza a ganar desde que “voltea” un animal, pues percibe 460 bolivianos líquidos por los subproductos. Es decir, cobra 230 bolivianos por la menudencia y 150 bolivianos por el cuero.



CONFIRMAN PARO NACIONAL INDEFINIDO

El vicepresidente de los matarifes, Edwin Palma, confirmó para hoy el paro indefinido a nivel nacional. Dijo que al menos 200 afiliados suspenderán la venta de carne de res al público en esta ciudad en rechazo a la determinación del Servicio Nacional de Impuestos Internos (SIN) de incluir al sector en el Régimen General para la emisión de facturas a partir de los 130 mil bolivianos de ingresos brutos al mes.

Palma añadió que la “imposición” del SIN no sólo afecta a los denominados mayoristas, sino a toda la cadena. Explicó que la emisión de facturas afectará al consumidor, porque el sector tendría que comercializar el kilogramo de carne al mismo precio que en los supermercados. Dijo que por ejemplo, un kilo de carne de pulpa se vende actualmente en unos 45 bolivianos mientras que en los negocios establecidos supera los 60 bolivianos.

Los vendedores de carne de los mercados del centro de la ciudad anunciaron que acatarán la medida, porque no sólo afecta a los mayoristas sino a todo el sector. Pues, un matarife faenea al menos 80 reses al mes, lo que significa que percibe cerca de 480.000 bolivianos de ingreso bruto.



EL MATADERO TIENE MÁS DE 20 AÑOS

El administrador del matadero municipal, Diego Rada, recordó que esa infraestructura fue construida en 1992 por el fallecido empresario y político, Max Fernández. Luego fue comprado por la Alcaldía de Cercado, entre 1993 y 1994; pero en 1996 se creó la Empresa Beneficiadora de Carne (Embeca), una sociedad mixta entre la Alcaldía, la empresa Cordill y “pequeños socios”. El contrato señalaba que las utilidades debían ir a la Alcaldía.

Pero en 2010, en la gestión del exalcalde Edwin Castellanos, se intervino Embeca porque la Alcaldía no recibía el dinero y se iniciaron procesos legales contra la antigua administración.

Mientras, hubo un interinato de un año en el que les dieron la administración a los matarifes. Un estudio señaló que las condiciones en las que operaban el matadero no eran las adecuadas y se lanzó una licitación pública que, en 2011, fue ganada por Rada. La administración se rige por un contrato con el adjudicatario.



PLANTEAN CAMBIOS Y MEJORAR EL FAENEO

Los problemas de precio, peso y falta de higiene en la manipulación en la venta de la carne ameritan un cambio en el sistema de comercialización, según el administrador del matadero municipal, Diego Rada, quien planteó que el municipio debería hacerse cargo para vender “a precio equitativo y facturando” al consumidor final.

Señaló que la licitación de noviembre de 2011, en la que se adjudicó la administración del matadero, establece el pago de arrendamiento; pero considera que la Alcaldía debe involucrarse más allá de cumplir con el papel de arrendatario, puesto que el control de peso y precio es de su competencia y también porque debe asumir que es preciso mejorar el matadero o construir otro porque el actual presenta problemas para cumplir exigencias sanitarias.

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