Un energizante natural comprimido en un caramelo elaborado a base de hojas de coca es el eslogan con el que Laboratorios Icori pugna en el mercado. Los dulces Ajayo “espantan al cansancio” y tonifican al consumidor con sus propiedades desde hace un poco más de una década.
El gerente general de Laboratorios Icori, Juan Hurtado, explicó que el consumo del dulce causa efectos similares a los del acullicu o mascado de hojas de coca, una práctica tradicional que es conocida por sus propiedades broncodilatadoras (que permiten el mayor ingreso de aire en los pulmones). “Significa que uno asimila más oxígeno (...), lo que permite un mayor potenciamiento de cualquier trabajo físico o mental” que la persona esté haciendo, afirmó.
Ajayo proviene del aymara ajayu, que significa “alma”. El producto, que cuenta con registro sanitario, “cura el sorojche o mal de altura”, sirve de suplemento alimenticio y es un adelgazante natural, entre otras propiedades, apuntó.
El producto se originó hace al menos 15 años, cuando Hurtado, psiquiatra de profesión, y su esposa Sdenka Silva, socióloga, junto a un equipo de investigadores europeos y bolivianos del Instituto Boliviano de Altura de la UMSA, comenzaron a realizar investigaciones para identificar cuáles componentes de la hoja ancestral tienen beneficios para la salud.
“A principio de 2000 solo se usaban las pastillas con fines investigativos y en tratamientos. Después (2005) se pensó en concentraciones (de compuesto de coca) más bajas y así lanzarlo (el producto) al mercado para que la gente común se beneficie de las propiedades” medicinales de la coca.
Los investigadores, en principio, “usaron el masticado de hoja de coca como tratamiento (para adictos), pero tropezaron con inconvenientes” como la forma de consumo, “por lo que decidieron hacer un producto que fuera más sencillo de consumir”, recordó.
Las pastillas contienen saborizantes naturales, esencia de vainilla, canela y azúcar morena. Cada una de ellas equivale a un manojo de hojas de coca.
“La materia prima es traída de los Yungas, porque la coca de esa región tiene un sabor más dulce y es ideal para el producto”, detalló Hurtado.
El precio de los caramelos oscila entre Bs 1,50 y 3 la unidad, de acuerdo con el lugar donde se los comercialice. “En Santa Cruz está a Bs 3”, por los costos del transporte y distribución.
Los mercados donde se vende este producto son Santa Cruz, La Paz, Sucre, Potosí y Oruro. “Encabeza la lista la capital cruceña, donde hay consumidores de diferentes estratos sociales y donde todos acullican la hoja. En los otros departamentos, (el dulce) se usa básicamente en el sector minero, donde lo mezclan con el bolo de coca”. Destacó que en La Paz los principales consumidores son los turistas.
Un dulce que da vida a la coca
Dulces
Los Ajayo (ajayu en aymara) tienen ese nombre porque provienen “del alma de la coca”. “Es un nombre común en nuestra cultura, lo que hicimos es modificarlo un poco sin cambiar su sentido para proteger la marca”, dijo Hurtado.
Pedidos
Se pueden adquirir en tiendas ecológicas o pedirlos llamando al 2311998.
Tónico, licor y pomada le dan un ‘plus’ a la coca
Tónicos, licores y pomadas elaborados a base de hoja de coca forman también parte de la oferta de artículos que la marca Ajayo tiene en el mercado. El gerente general de Icori, Juan Hurtado, aseguró que la calidad de sus productos hace que los consumidores del país los prefieran.
En el mercado, donde hay una gran competencia entre bebidas, el licor de coca Ajayo es favorito gracias a su preparación gourmet, dijo. Los tónicos, que tienen un alto valor nutritivo y se elaboran de forma natural, son adquiridos por personas que sufren de diabetes. “No contienen azúcar, lo que hace que sean saludables”, afirmó.
Sus “poderes curativos”, agregó, hacen de la crema un cicatrizante natural muy efectivo.
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