El ministro de Economía, Luis Arce, dijo ayer que el Gobierno no puede hacer nada para rebajar el precio de la unidad de pan e instó a los municipios a que controlen el peso del producto.
Después de varios años de haberse regulado el precio del principal alimento de las familias bolivianas, el Gobierno decidió eliminar la subvención de la harina que se les entregaba a los panificadores, lo que significó dejar a los productores a fijar el precio del pan, quienes desde el lunes elevaron el precio de 0,40 a 0,50 bolivianos.
Pese a que el Ejecutivo convocó a la población paceña a consumir el pan que se vende en los supermercados y en tiendas de Emapa a un precio de 0,40 bolivianos, la gente decidió comprar a los comercializadores con el nuevo precio, por lo que muchos de ellos terminaron su venta antes del mediodía, como se aprecia en la fotografía.
En conferencia de prensa, el Ministro de Economía convocó a las alcaldías municipales a controlar la comercialización del pan, especialmente de la marraqueta, en el marco de las obligaciones y competencias que tienen, "ahora exhortamos a las alcaldías que tienen que ver por el peso del pan. La calidad del pan tiene que estar supervisada por las alcaldías".
NO ENCUENTRAN JUSTIFICATIVOS. Tanto el presidente en ejercicio, Álvaro García Linera, como los ministros de Estado, no encuentran motivos para elevar el precio del principal alimento, El Ministro de Economía, por ejemplo, dijo que no hay justificativo para que los panificadores eleven el precio del pan, porque el costo de la harina se encuentra en sus niveles más bajos y asegura que continuará con la tendencia a la baja, "nosotros hemos hecho cálculos del pan. Con los precios actuales (de la harina) no debería subir de precio (del pan) porque los precios han caído y van a seguir cayendo".
Luego de haber decidido levantar la subvención del precio del quintal de harina que se les entregaba a los panificadores, el Ministro de Economía dejó a los gobiernos municipales, como parte del Estado, la obligación de velar por el bolsillo de la gente y a fiscalizar que los productores no aumenten el costo del pan de batalla, aunque desde el lunes el precio del pan se elevó a 0,50 bolivianos y lo único que se hizo es notificar a algunas vendedoras en Villa Fátima, San Pedro y en la zona norte de la ciudad de La Paz, pero no se procedió a procesar a ninguna de ellas por agio y especulación, como se anticipó.
La ministra de Desarrollo Productivo, Verónica Ramos, dijo en la ciudad de Santa Cruz que estudiarán las acciones que se ejecutarán, aunque no anticipó cuáles medidas podrían adoptarse para rebajar el precio del pan, principalmente en la ciudad de La Paz.
320 bolivianos costaba el precio del quintal de harina cuando el Gobierno subvencionaba el producto.
LOS PANIFICADORES LOGRARON MANTENER DURANTE DOS DÍAS EL INCREMENTO DEL PRECIO DEL PAN, QUE EN principio había alcanzado a la marraqueta o pan de batalla, pero que en algunos puestos de venta se extendió a otros productos como las denominadas sarnitas. Algunas amas de casa se quejaron de que les vendieron sarnitas a 0,50 bolivianos, pero su tamaño no correspondía al nuevo precio que fijaron los panificadores.
Reclamaron porque no hay ninguna instancia que pueda controlar la venta indiscriminada de pan, tanto en precio como en peso, y las comercializadoras protestaron porque las autoridades del Gobierno les obligan a vender el pan a 0,40 bolivianos, cuando los panificadores les entregan pan para que lo vendan a 0,50 bolivianos.
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