Al menos tres empresas bolivianas vieron una oportunidad en un producto tan habitual y en apariencia sencillo. Tossitos, San Javier y Tutucas son las tres marcas que decidieron aprovecchar el mercado más allá de lo convencional.
Este insuflado de maíz, que a diferencia de la pipoca es dulce y tiene forma casi circular, es un alimento que la gente acostumbra comerlo cuando descansa en una plaza o comparte un momento de ocio con los amigos.
El historiador Fernando Cajías considera que se trata de una "gran” noticia que este producto se produzca con valor agregado y que encuentre nuevos mercados.
La idea de Tossitos de crear un producto a partir de la pasankalla nació hace seis años. "Es un producto tradicional muy apetecido y gustado aquí en Bolivia, así como por nuestros compatriotas en el extranjero. Es un producto más depurado que es el Tossito, con un maíz bueno y es muy agradable al gusto”, afirma Álvaro Gómez, gerente de Comercialización de Orgánica del Sur, firma que lo elabora.
Uno de los desafíos de esta empresa fue ingresar también en el mercado local a través de cadenas de supermercados y tiendas de barrio. En la actualidad están en siete departamentos de Bolivia, excepto Beni y Pando.
Gómez explica que incluso este producto se vende en el MegaCenter de La Paz y Cine Center de Cochabamba haciendo competencia a las tradicionales pipocas a la hora de ver un filme.
El encargado de la sección de snack del MegaCenter, Branimir Laura, cuenta que los Tossitos se oferta desde hace un año. Comenta que se trata de un "producto innvovador” que la gente lo disfruta igual que las pipocas. "Tenemos que promocionar este producto que además es boliviano”, asegura.
El gerente de Comercialización del Hipermaxi La Paz, Luis Miranda, explica que los emprendimientos como estos, con medidas de higiene y con regulaciones de calidad, son una muestra del valor que tienen los clientes para los productores.
El gerente de Usabol, Edmar Pedraza, cuenta que la exportación de pasankallas a Estados Unidos se inició en 2004 con la marca San Javier. El valor estimado de exportación de este alimento ronda en promedio las 10 toneladas por año.
Pedraza, quien comenzó vendiendo enciclopedias en EEUU a principios de los 90, dio el salto a la industria de alimentos porque consideró que existía una necesidad de llevar a los compatriotas productos nacionales de tradición como cuñapé, biscochos de maíz y pasankalla.
"Nosotros por naturaleza somos más dulceros en la parte del oriente. Nuestra pasankalla, o pororó, es más durita, más chiquitita y más dulce que la de La Paz”, comenta Pedraza, quien asegura que sólo se comercializa en el país del norte y no así en Bolivia, por motivos estratégicos.
Usabol pretende llegar al mercado de España durante este 2015. Tossitos, cuyas pasankallas se caracterizan por ser más dulces y con menos cáscara ya ingresó a ese país europeo. La meta para este 2015 será llegar a los mercados de Paraguay, Uruguay y Colombia.
Los Tossitos, que se elaboran hace seis años en Cochabamba, también son exportados al mercado norteamericano desde que se inició su producción.
Pasankalla, en el occidente, pororó en el oriente y tostado en el sur del país. Este derivado tiene distinta denominación según dónde se lo consuma pero el valor tradicional boliviano es igual en cada rincón del país.
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