Por ello, los 1.500 millones de musulmanes que hay en 123 países -incluyendo Bolivia- son un mercado potencial para empresas que cumplen estos requisitos. Así también, los cerca de 15 millones de judíos exigen productos aptos y puros.
En el país, son al menos diez las empresas que han tramitado certificaciones religiosas como Halal (para musulmanes) y Kosher (para judíos). Así lo confirmó Claudio Pérez, CEO de Agro Business International, que desde diciembre de 2014 cuenta con la autorización para realizar estas certificaciones en Bolivia.
Según Pérez,existen más de 600.000 productos con certificación Kosher a escala mundial y cada año se califican alrededor de 3.000 nuevos artículos. La industria de alimentos Kosher movió, en 2009, alrededor de $us 12.500 millones y entre los productos que tienen este sello en Bolivia -una letra U dentro de una O- están los aceites Sacha Inti, Familia Omega, Oliva, Girasol y otras cinco variedades; las frutas deshidratadas, cacao, café, quinua, aceitunas, palmitos, infusiones, nueces, fideos, corderos, entre otros.
Halal significa ‘dentro de la ley’. Y el musulmán solo con sume o bebe aquello que tieme el certificado Halal.
Una certificación Kosher o Halal demora entre tres a seis semanas y, para el caso de los granos, tiene un costo estimado entre $us 3.000 y 4.500.
Según Pérez, países como Israel, EEUU, Filipinas, Indonesia, y todo el Oriente Medio priorizan los productos con estas certificaciones. Otra de las calificaciones importantes son Gluten Free y GMO
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