Algunos empresarios del rubro señalan que la mejor infraestructura, sistemas de tratamiento de agua, alcantarillado y terrenos amplios con precios accesibles son algunas de las ventajas que ofrece el parque industrial de Santa Cruz.
Osinaga detalló que en Cochabamba sólo queda una empresa grande en el rubro, cinco medianas y unas 25 microcurtiembres.
El propietario de la curtiembre Curma, Víctor Wara Wara, señaló que a las curtiembres “no les han dado su espacio” y que las autoridades, en lugar de fomentar a que se trasladen al Parque Industrial de Santiváñez, hicieron que se fueran.
La migración significa que hay menos materia prima para los manufactureros. A este problema se suma el hecho de que las curtiembres que se quedan prefieren exportar el wet-blue o cuero sin mucho valor agregado, afectando las exportaciones de los manufactureros.
“Las curtiembres han encontrado que es mejor negocio vender la materia prima en wet-blue que procesarla para nosotros”, criticó el presidente de la Asociación Cochabambina de Marroquinería (ACMA), Sandro Pacheco.
El contrabando es otro factor que afecta a la exportación. Osinaga estima que hasta 50 por ciento de la materia prima que se produce en Cochabamba sale de manera ilegal, haciendo que lo que quede en el mercado interno sea caro o de mala calidad.
Añadió que la internación de manufactura china y de contrabando agravan el panorama.
La suma de estos factores “hace que sea muy difícil competir”, afirmó Pacheco. Para producir un cinturón se debe invertir al menos 29 bolivianos, sin tomar en cuenta accesorios ni mano de obra; pero en el mercado se puede encontrar un cinturón hasta en 25 bolivianos, ejemplificó Pachecho.
El gerente de la exportadora Macaws, Peter Weiss, señaló que el alto precio del cuero y de la mano de obra afectan a la exportación pues no permiten tener precios competitivos.
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