"En la impresión a la carta el cliente solicita el producto y la cantidad que quiera, y de manera inmediata lo recibe, por eso tenemos el denominativo de ‘Imprenta urgente’. Tardamos pocas horas o máximo 24 cuando el trabajo es extenso”, explica la propietaria de Impresión Digital, Mariané Molina.
Ella dice que si uno necesita tener un documento publicado con alta calidad, pero a la vez no justifica imprimirlo en el sistema offset por la poca cantidad de copias requeridas, el sistema digital es el apropiado y su calidad es "casi fotográfica”.
Otro servicio es la impresión de libros a demanda, en el caso de autores poco conocidos que no cuentan con el presupuesto para gran cantidad de tirajes. Con el sistema digital se puede imprimir desde un ejemplar.
La impresión en blanco y negro en alto volumen es otra alternativa que compite con lo que es la fotocopia común, porque tiene mejor calidad, alcanza una velocidad de 120 unidades por minuto y es ideal para la reproducción de manuales y textos de apoyo sin diseños elaborados.
Hay algo más, el trabajo con base de datos, utilizado para personalizar publicaciones como en el caso del marketing directo en el que se puede enviar invitaciones o publicidad con el nombre y apellido del destinatario. Esto es útil para cambiar algunos datos en productos similares, como estados de cuentas y facturas.
El proceso de la impresión digital no es muy complejo, según explica el jefe de Producción, Alfredo Arciénega. Inicia con el diseño del producto en una computadora tal cual lo quiere el cliente, se envía a la impresora a color o a la en blanco y negro. Se coloca el papel couché, bond, cartulinas o el que se pida.
El papel impreso se lo envía a la guillotinadora, en la cual se le da la extensión adecuada, y después a la plastificadora, si es necesario; por último, se ordena y empaqueta en la mesa de armado, desde donde se despacha.
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