Desde la oficina de la fiscalía general en Manhattan no se confirmó ni negó la apertura de una investigación a este periódico y la empresa señaló en un comunicado que no tiene conocimiento “de ninguna investigación en curso ni por el Departamento de Justicia ni por el FBI”. Herbalife asegura que "no se ha recibido una solicitud formal o informal por parte de estas agencias”. “Nos tomamos nuestras obligaciones de información pública muy seriamente”, remacha el comunicado antes de decir que no se harán más comentarios.
Una investigación de carácter criminal por parte de Justicia o el FBI elevaría la presión sobre una compañía que ya está siendo investigada formalmente por la Comisión de Federal de Comercio (FTC). Eso es algo que la empresa reveló hace un mes.
Herbalife, con un negocio de ventas a través de distribuidores en varios niveles, ha sido denunciada públicamente por el inversor William Ackman, quien a través de su fondo de alto riesgo, Pershing Square, mantiene una apuesta de $1,000 millones a la caída de la empresa desde diciembre de 2012.
Ackman sostiene que el sistema de ventas de multiniveles de Herbalife, que está compuesto en un elevado porcentaje por latinos, es un sistema piramidal ilegal. Este inversionista dice que llevará su campaña contra la empresa de complementos nutricionales “hasta el fin del mundo”.
En su campaña ha chocado con otro inversor activista, Carl Icahn, que ha hecho la apuesta contraria y posee el 13% de la empresa. Recientemente, Icahn, ha ampliado su presencia en el consejo de dirección de la empresa en la que ya sienta a cinco de los 13 consejeros.
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