“En pequeños lugares suceden cosas grandes”, dice el acuñador Ramiro Flores sobre el trabajo realizado en Royal Silver Company, empresa cochabambina que desde hace tres años produce para otras firmas del país monedas de plata conmemorativas con calidad de exportación.
Una pequeña sala es el lugar donde se revive la época en la que se acuñaban macuquinas (monedas elaboradas a golpe de martillo) en la Villa Imperial. Lo hacen a 12 kilómetros de la ciudad de Cochabamba, en inmediaciones de La Angostura, camino a Valle Alto; allí elaboran monedas conmemorativas, con diseño único, hechas por especialistas. Las llaman “presidenciales”, en recuerdo de los tiempos en que solo los mandatarios de Bolivia podían dar el visto bueno para la acuñación de una moneda. Hoy, si se detecta una falla en cualquier pieza de plata, ésta debe ser descartada.
El trabajo es minucioso. Luego de un proceso químico que la separa de otros minerales, la plata es fundida y laminada hasta tener el volumen exacto, cada pieza con una onza troy de peso y una pureza de 99,999%. “Las monedas son una obra de arte y las hacemos con pasión”, afirma Flores.Producción. La acuñación se facilita con la ayuda de máquinas adaptadas para el proceso. “Tras laminar la plata, cortamos piezas con forma de círculos que luego son ablandadas en un horno a 800 grados de temperatura. Luego, procedemos con el bordeado y pulido. (Las monedas) deben alcanzar el brillo perfecto para luego ser selladas”, describe el operario.
Minera San Cristóbal e Industrias Venado están entre los principales clientes de Royal Silver dentro del país. Por ejemplo, el último encargo de la firma japonesa es de 3.000 monedas de plata, que serán distribuidas a sus accionistas, visitantes, trabajadores y clientes importantes. Venado “muestra las monedas hechas en Bolivia al mundo y lo que representan”, asegura Brian McConnell, propietario y gerente del emprendimiento. “Las monedas conmemorativas son únicas y con diseños exclusivos”, afirma el dueño de la acuñadora, que también fabrica piezas de colección que llevan la imagen de animales en extinción, como la anaconda, el papagayo azul, el gato andino y el leoncito (el mono más pequeño de la Amazonía boliviana), cuyo valor ayuda a preservar estas especies.
La capacidad de producción de Royal Silver es de 600 monedas por día. “En Bolivia no hay acuñadoras que trabajen como nosotros”, dice el acuñador Rubén Cruz. De las 600 piezas que se producen cada 24 horas, la mitad son rechazadas, porque “tienen algún defecto, una pequeña raya”, explica.
La empresa acuña diversas monedas, incluso la moneda oficial de Malasia, el dírham real, que es la única diferente en peso, un cuarto de onza, y de las que se hacen entre 2.000 y 20.000 piezas, según el requerimiento.
El gato andino fue la primera moneda exportada y hoy es la segunda más popular de una colección que llega a Estados Unidos, China, Australia, Austria, Canadá y Singapur, entre otros países del mundo, por lo que McConnell expresa su satisfacción con la empresa que inició hace 20 años con la separación de la plata y su producción en bruto. “Hemos financiado el emprendimiento poco a poco. Los bolivianos debemos tener más fe en el país y en la economía, debemos industrializar los minerales y eso es lo que hacemos aquí”, afirmó.
Antes, Royal Silver Company exportaba solo plata en bruto, ahora el mineral tiene valor agregado y la inversión inicial de $us 300.000 tiene un valor actual de 2 millones, agregó.
La compañía exporta su tecnología a EEUU
La asociación con una empresa norteamericana le permitió a Royal Silver exportar su tecnología de refinación Argox a EEUU y reducir, a futuro, sus costos de operación a través de la construcción de una planta en ese país.
La planta se construye actualmente “en el oeste de Estados Unidos (EEUU) y con tecnología boliviana, superior a otras porque no contamina y permite industrializar los minerales”, asegura Brian McConnell, gerente de la empresa.
“Cuando se habla de fundición de metales se piensa en hornos, chimeneas y máscaras. Sin embargo, en Cochabamba, Royal Silver cambió la forma de separación de la plata usando agua y reactivos, refinando el mineral hasta obtener el 99,999% de pureza”, dice.
La factoría, que comenzará a operar en agosto de este año, también acuñará monedas, además de trabajar con el proceso de refinación de la plata, zinc, plomo y oro, que a futuro permitirá a la boliviana abaratar sus costos de transporte. Enviar un paquete con 100 monedas desde Bolivia a otro país cuesta alrededor de $us 200 y desde EEUU vale solo 10, lo que ayudaría a expandir fronteras para la acuñadora de McConnell que usa materia prima nacional, Royal Silver compra plata en Potosí, la refina en Cochabamba y luego la distribuye a Estados Unidos, Europa y Asia. Una moneda de colección vale $us 40.
Rescate de minerales
Proceso
Royal Silver Company no solo saca del mineral que procesa la materia prima para elaborar sus monedas conmemorativas, la plata, también rescata otros elementos que son comercializables y poseen alto valor agregado: antimonio, bismuto, plomo, níquel, hierro, cobre y zinc.
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