El presidente del Banco Central, Marcelo Zabalaga, en el último informe de política monetaria aseveró que “el salario mínimo nacional (Bs 1.200) expresado en dólares estadounidenses, pasó de $us 55 mensuales en 2005 a $us175 el 2013, con un incremento de 220 por ciento. “De haberse mantenido la política de depreciación (devaluación) de la moneda, el salario mínimo sólo hubiese llegado a $us 97 (con un incremento de 78 por ciento)”.
Al respecto Pou Mont dijo que recibir menos bolivianos por dólar incide en las condiciones generales y principalmente en los costos. El directivo del sector exportador del país admitió que la política cambiaria de Bs 9.96 por dólar para la venta y Bs 9.86 para la compra desde fines del 2011 “demandó asumir costos adicionales que han sido asimilados”.
De acuerdo a los datos de la Cepal, citados en el informe del ente emisor, la variación porcentual del tipo de cambio en Bolivia de diciembre de 2012, respecto al promedio 1990-2009 fue negativa de 9.1 por ciento.
“No es que no nos haya afectado. Las empresas han asimilado el tipo de cambio en función de su tamaño, el rubro y sus costos. Aceptamos porque ha sido en beneficio de todos los bolivianos y para construir el país y mirar el interés común por encima interés sectorial”, señaló el representante privado.
Pou Mont reconoció que pese al impacto adverso de la política del tipo de cambio el sector “aprecia que el BCB haya mantenido la estabilidad cambiaria de estos últimos años y esperamos que se mantenga en el mismo camino”.
Según el Banco Central “dada la estructura productiva de las empresas, rígida en el corto plazo, la política cambiaria de depreciación del boliviano aplicada antes de 2006 no tuvo efectos importantes en las exportaciones. Explica que, “por el contrario, la subvaluación (devaluación) de la moneda tuvo connotaciones negativas sobre la distribución del ingreso y el bienestar de la población en su conjunto por su efecto en la inflación que perjudica principalmente a sectores con menores ingresos”.
APRECIACIÓN
El informe añade que en los últimos años la política de apreciación y posterior estabilización del boliviano favoreció la distribución del ingreso al beneficiar al conjunto de la población, generando externalidades positivas para las familias, como ser: la promoción de la bolivianización tanto en transacciones corrientes como financieras, el incentivo al consumo y al ahorro a través de un efecto riqueza en la sociedad, el incremento del ingreso para el país por señoreaje (impresión de moneda) la mayor efectividad de las políticas monetaria y cambiaria y la reducción de la vulnerabilidad del sistema financiero al mejorar la capacidad de pago de los deudores y potenciar la función de prestamista de última instancia del BCB.
DEVOLUCIÓN FISCAL
Consultado sobre la devolución del Certificado de Devolución Impositiva (Cedeim), Pou Mont dijo que se espera una respuesta oficial.
“Es un problema planteado a las autoridades. Esperamos reunirnos para tratar este tema con el nuevo director de Impuestos Nacionales”, indicó.
El presupuesto general consignó este año una partida de Bs 1.300 millones para atender estas obligaciones del Estado que busca garantizar la neutralidad impositiva para el sector exportador. El dirigente sostuvo que pese al monto presupuestado, existe un retraso de tres años en la devolución de los Cedeims.
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