"Hubo especulación de la cadena de comercialización y el gobierno argentino tomó la decisión para garantizar la producción y la provisión de harina al mercado interno. Yo creo que esto se soluciona en el transcurso de las dos próximas semanas, y a partir de ahí va a quedar liberado la posibilidad de exportar harina a otros países", señaló el funcionario.
El diplomático aclaró que en ningún momento la medida fue adoptada por la baja producción de trigo, sino que se debió a la especulación. "Las refinerías y los molinos harineros han guardado producción para especular con el precio internacional y el precio interno", dijo.
"Ese tema se solucionará prontamente, se está trabajando para resolverlo", remarcó.
Julio Mamani, secretario ejecutivo de la Federación de Panificadores de El Alto, indicó que la población puede estar tranquila porque el peso y el precio del pan en 40 centavos de boliviano, en esa ciudad, está garantizado por la harina que provee el gobierno.
Señaló que ahora la mayor preocupación es la falta de gas para la producción del alimento. "Eso es lo que más preocupa al panificador de El Alto, ya no está llegando la dotación normal de ocho garrafas que necesitamos para elaborar el pan, eso por las colas que hay ahora para conseguir el gas", indicó.
Entre el año 2002 y el mes de abril del 2013, Bolivia importó trigo en grano por un valor de 285 millones de dólares y 1,5 millones de toneladas, señala el boletín Cifras del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).
En el 2012 el país compró 83 mil toneladas del cereal, es decir un 70 por ciento menos que en 2002, pero un 16 por ciento más que en 2011. El valor de importación alcanzó a 22 millones de dólares. El 99 por ciento de las compras de grano de trigo provienen de Argentina. La Paz tuvo el mayor registro de importación (80% del total).
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