En gestiones anteriores, los sindicalistas acudían a las huelgas y movilizaciones para lograr incluso el cambio de gerentes y otras demandas.
Por ejemplo, en diciembre de 2008 en el Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Semapa), asumió de manera interina el cargo de gerente Leonardo Anaya, puesto que le duró menos de un año. En medio de conflictos por la reestructuración se lo sustituyó por Julio Vargas. Luego estuvieron Fernando Pérez, Hernán Ayala y ahora Antonio Barriga, desde abril de 2012 cuando también cambiaron el directorio sindical.
Aunque no se expresa de manera abierta, el uso de las normas legales parece haber puesto freno a ciertas acciones de los sindicatos.
El Sindicato de Trabajadores de Semapa informó que desde la gerencia, amparada en la Ley 1178 de Administración y Control Gubernamentales (SAFCO), se ordenó al menos cinco procesos en contra de trabajadores y que ésto podría derivar en el despido, aunque la presentación de testigos y otras acciones pueden frenar el proceso.
Los trabajadores cuestionan estas acciones y recuerdan que están amparados en la Ley General del Trabajo y un reglamento que establece llamadas de atención, memorándums y otros, ante irregularidades de los funcionarios y “eso debería primar”.
En la Empresa Municipal de Servicios de Aseo (EMSA), similar cantidad de trabajadores se ha visto perjudicado también por procesos.
EMSA El gerente de EMSA, Alberto Narváez, reconoce que el sindicato tiene “un poder muy fuerte”, pero la idea es trabajar de manera conjunta. Asegura que, pese a que tuvieron controversias, no llegaron a extremos como pedidos de designación de gerentes o jefes en su gestión.
Sin embargo, la autoridad es cauta con algunos temas como el salarial. Anteriormente el secretario general de la Alcaldía, Javier Rodríguez, dio a entender malos manejos desde el sindicato y cuestionó que no hay austeridad porque existen personas que trabajan de choferes en EMSA y ganan más que un profesional.
“El tema del salario es muy controversial y no me atrevería a decir si está bien o está mal”, dice Narváez, quien agrega que el objetivo común es sacar a la empresa adelante, aunque “siempre hay gente que quiere hacerse a un lado”.
Por su parte, el secretario de hacienda del sindicato de EMSA, Jhonny Angulo, dice que la relación que tienen con su gerente “es normal y fluida”. Agrega que los temas políticos y económicos están fuera de sus funciones sindicales y que no ejercen poder en la descentralizada sino que tienen su lugar y hacen control. Sin embargo reconoce que “en tiempos pasados” los sindicatos decidieron incluso sobre las gerencias y otros cargos.
“Ha habido gerentes que han querido hacer de la empresa lo que han querido: meter gente, botar gente. Para eso está el sindicato que hace un control social de los trabajadores hacia la empresa. Al final de cuentas la empresa la hacen los trabajadores”, expresa Angulo.
SEMAPA El gerente de Semapa, Antonio Barriga, se refiere al sindicato explicando que sus miembros son los que transmiten las necesidades y prioridades sobre la dotación de equipos, herramientas y otras. Respecto a estas relaciones laborales manifiesta que tratan de reconducir las conversaciones y las negociaciones respetando su estructura organizacional.
Para el secretario ejecutivo del sindicato de Semapa, Tito Guzmán, lo importante es garantizar la estabilidad laboral de los trabajadores y también el buen funcionamiento de su empresa. Sostiene que el poder que tienen es en beneficio de los empleados.
“En defensa de los compañeros, sí. Como sindicato hacemos respetar al trabajador y que él respete a su jefe. Cuando hay armonía la empresa va a ir adelante”, considera Guzmán que dice que el tema de tomar el poder para manejar incluso la disposición de cargos gerenciales ya no ocurre y que eso se daba “antiguamente”.
“Lo primero que hacemos es buscar el diálogo con el directorio. Esa es la mejor manera de llevar una empresa adelante. No es bueno cambiar gerentes cada vez, si funciona mal, para eso hay un directorio”, agrega explicando que los aspectos políticos que se dan al interior del sindicato, a favor de uno u otro partido, no deben interferir en el verdadero fin del sindicato, que es el de defender a sus afiliados.
Apuntes.
Afiliados
EMSA cuenta con 377 afiliados en su sindicato mientras que Semapa tiene 280 funcionarios en el suyo.
Requerimientos
A principios de año, los requerimientos de los sindicatos de las descentralizadas giran en torno al salario, la seguridad industrial y la ropa de trabajo, entre otros.
Según los dirigentes, su principal objetivo es el bienestar de los empleados y el de la empresa.
Las elecciones
El directorio del sindicato de EMSA concluirá su segunda gestión en el mes de julio y aunque los estatutos permiten una sola reelección, aseguran que si la asamblea lo pide pueden ser nuevamente posesionado. En Semapa, la elección del sindicato se realizó en abril de 2012, tras una campaña en la que dos grupos fuertes pugnaron para la posesión. En ese momento se hablaba que de la elección dependía que el gerente se mantenga o se cambie. El mismo día se cambió a la autoridad.
Públicos y privados diferentes
Desde la óptica de los trabajadores fabriles, el manejo de los sindicatos de empresas públicas es diferente al de las privadas.
El secretario de la Federación de Trabajadores Fabriles de Cochabamba, Mario Céspedes, explica que las empresas descentralizadas al depender del Estado son distintas.
“Hay quienes entran hasta con recomendaciones, mientras nosotros que somos de empresas privadas, somos proletarios. Nosotros sabemos la verdad y realidad y en base a eso luchamos”, dice Céspedes agregando que incluso los salarios son diferentes.
Para el dirigente de los fabriles, también está de por medio el tema político sobre todo cuando hay movilizaciones protagonizadas por sindicatos de las descentralizadas de la Alcaldía.
“Ellos salen obligados, si no salen les descuentan de sus salarios. Esa es la realidad, no hay que ocultar eso. Entonces nosotros ¿por qué salimos? No por política, sino por nuestra necesidad”, aclara el representante haciendo referencia además a uno de sus principales pedidos, el incremento salarial.
“Estamos tratando de hacer respetar el principio de autoridad, no el de la fuerza ni la tozudez”
[La posesión del directorio de Semapa en abril de 2012 (arriba) e instalaciones de EMSA (abajo). Rodríguez / numbela]
La posesión del directorio de Semapa en abril de 2012 (arriba) e instalaciones de EMSA (abajo). Rodríguez / numbela
El secretario general de la Alcaldía, Javier Rodríguez, asegura que actúan con los sindicatos conforme a la norma y con principio de autoridad.
P: ¿Cuánto poder tienen los sindicatos en las empresas descentralizadas de la Alcaldía?
R: Mucho. Por ejemplo a través del sindicato en una asamblea deciden parar, sacan voto resolutivo contra el gerente, contra el Alcalde, el Concejo, contra cualquier servidor público. Y cuando no se les hace caso paran. Eso significa perjuicio a la ciudadanía. En el caso de EMSA no recogen basura. Es un tema de extorsión que también se sufre a nivel institucional.
P: ¿El sindicato puede incluso lograr el cambio de gerentes?
R: Hasta hace un tiempo han hecho eso: han cambiado gerentes, han pedido cabezas de algún servidor público, han dicho “no queremos a esta persona porque está perjudicando nuestros intereses” y se ha logrado. En la actualidad estamos tratando de evitar todo eso y estamos tratando de dar principio de autoridad más allá del tema sindical.
P: Cuando se presentan conflictos, en las reuniones entre autoridades y dirigentes, ¿se miden fuerzas?
R: A veces hay dificultades porque nos amenazan con paros y con huelgas de hambre. Entonces tenemos que tratar de negociar y, obviamente, hay posiciones a veces radicales. Sin embargo, en su momento tenemos que actuar en conformidad a la ley y les decimos siempre “ustedes actúan conforme a las normas, nosotros también”. Por eso decía que estamos tratando de hacer respetar el principio de autoridad, no el principio de la fuerza ni la tozudez, ni tampoco el de la incomprensión, sino de la ley.
El poder es mal ejercido cuando interfiere en la administración
Los sindicatos de las empresas descentralizadas aún tienen poder y muchas veces ese poder es mal ejercido, sobre todo cuando intervienen e interfiere en la administración de las empresas. Por ejemplo, Semapa es una empresa estratégica, la única que presta servicio al Cercado en agua potable y alcantarillado. Es una empresa que necesita ser reestructurada y si el sindicato no está comprometido no hay nada.
Lamentablemente por información del mismo Ministerio de Aguas, Semapa es una de las peores empresas del país, es decir que los cochabambinos nos hemos acostumbrado a tener un servicio de mala calidad, no solamente porque falta el recurso sino también porque ya es una institución antigua que requiere renovación.
Para cambiar aquello, el sindicato tiene que estar profundamente comprometido. Si solamente va a velar por los derechos de los trabajadores, que en algunos casos dicen que son derechos adquiridos, aquello que va contra la empresa no puede ser un derecho adquirido porque finalmente Semapa se debe al usuario no al trabajador. Cuando trabajaba allí intenté cambiar esa mentalidad, porque si existe Semapa es gracias al pueblo-usuario, por lo que a él se deben los trabajadores y el gerente. Eso no han comprendido muchos del sindicato, aunque algunos sí lo hicieron.
Lamentablemente todo eso acabó en mi gestión y desde entonces no hubo mucho avance.
Los informes de la que antes era la Superintendencia, señalan que Semapa es una de las peores empresas del país, eso duele, porque nosotros como empresa Misicuni vamos a llegar con agua de aquí a un año o un año y medio. Tenemos un usuario potencial pero que no está en condiciones de recibir el agua y eso es lo que tiene que entender el sindicato.
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