“Aunque parezca extraño, la mayor cantidad de ventas se realiza en ferreterías; entre el 65% y 70% del cemento se vende en estos locales”, dice Marcelo Alfaro, gerente general del Instituto Boliviano del Cemento y el Hormigón (IBCH).
“Es la construcción pequeña, el contratista, los pequeños constructores que hacen una casita o llevan cemento a las provincias los que más consumen”, precisa Alfaro. Por tanto, no son las grandes construcciones las mayores consumidoras de este material básico para la edificación.
Sin embargo, el IBCH no tiene estadísticas sobre el total de ferreterías que existen en el país y las cementeras tampoco están en condiciones de ejercer control sobre el precio unitario que cada negocio fija al producto, detalla.
En el caso de Soboce, la empresa informó que el 62% de la comercialización del cemento que produce se realiza a través de 1.800 ferreterías en todo el país.
Las cuatro empresas nacionales que producen cemento en Bolivia, registradas en el IBCH, son Soboce, Faboce, Coboce e Itacamba. En conjunto, estas cementeras produjeron 2,4 millones de toneladas métricas en 2011. Alfaro precisó que la industria del cemento generó más de $us 330 millones el año pasado.
Demanda. Según las previsiones del IBCH, la demanda de cemento este año superará la de 2011. “Se estima que se va a consumir 2,9 millones de toneladas de cemento y las empresas están trabajando para atender este requerimiento”, precisa.
La tendencia muestra que la demanda va en ascenso, pues el año pasado la producción subió en 5% respecto a 2010.
La semana pasada, desde Santa Cruz se reportó escasez de cemento debido a que Itacamba no pudo importar clinker (piedra caliza, materia prima para esta industria) de Brasil por un conflicto entre trabajadores de la Aduana brasileña (Corumbá) y su gobierno. “De no existir ese problema, no se hubiera generado escasez; las empresas están produciendo normalmente”, aclara Alfaro.
Además, ratifica que la producción de las cuatro fábricas cubre la demanda interna. “Por supuesto que sí, las empresas tomaron las previsiones, no debería haber escasez, la producción estimada era suficiente para abastecer el mercado nacional”.
Agrega que “la capacidad instalada para producir cemento es mayor aún, el problema es el clinker, por eso Soboce y Coboce han importado también este material con anticipación”. De manera general, estas dos empresas y Fancesa producen clinker en el país, porque sus proveedores de piedra caliza están próximos a las plantas donde operan.
“A veces Soboce no tiene gas suficiente para trabajar con toda su capacidad. Éste es un problema que arrastra hace dos años”, recuerda Alfaro. Se prevé que la ampliación del gasoducto Carrasco-Altiplano concluya en diciembre, lo que ayudará a mejorar la provisión de gas natural a Viacha (La Paz), donde están sus instalaciones.
Región. Sobre la demanda de cemento en América Latina, el IBCH también detectó que hay un elevado requerimiento del producto en diversos países.
Por ejemplo, cita Alfaro, “Brasil de exportador de cemento se convirtió en importador; pese a que tiene ocho fábricas, no se abastece para atender a sus 100 millones de habitantes”. Una situación similar enfrentan Argentina y Paraguay que al tener sólo una fábrica cada uno “no saben de dónde más importar cemento porque no abastece para su mercado”.
Sobre Bolivia, Alfaro sostiene que “el boom de la construcción sigue y de forma acelerada; las tasas de interés permanecen bajas; la macroeconomía está bien; y continúan las obras públicas y privadas”. En su criterio, las inversiones de las cementeras bolivianas para subir la producción están acorde a las necesidades locales.
Santa Cruz es el mayor consumidor
El departamento que más consume cemento es Santa Cruz con el 32% de las ventas, le sigue La Paz con el 24% y luego Cochabamba con un 19%, según datos del Instituto Boliviano del Cemento y el Hormigón (IBCH) al primer semestre de 2012.
Los tres departamentos del eje consumen el 75% de todo el cemento producido en el país, indica Marcelo Alfaro, gerente general del IBCH.
Los departamentos que les siguen en consumo son Tarija con el 7,6%, Oruro con el 6,8%, Chuquisaca con 6,4% y Potosí con 3,5%.
Por una serie de factores, principalmente problemas de transporte y carreteras deficientes, los departamentos de Beni y Pando se encuentran en el último lugar de esta lista sumando el 0,9% de consumo de la producción.
Para Alfaro, es llamativo que si bien falta cemento en Santa Cruz, las ventas de este material se hayan incrementado en 10,15% al primer semestre de este año. Para el IBCH, este valor muestra que el consumo de cemento avanza a pasos gigantescos porque la construcción sigue en auge.
“Si bien hay una mayor oferta, la demanda sigue siendo grande, pese a que incluso los otros materiales para la construcción también han subido de precio” en el mercado, agrega el ejecutivo.
La especulación afecta los precios
La escasez de cemento en Santa Cruz ha generado la especulación en el precio del producto en ferreterías y tiendas que lo comercializan, según Marcelo Alfaro, gerente del IBCH.
“Lamentablemente la especulación se da en las ferreterías porque venden el producto a escondidas, por las puertas traseras de sus negocios y muchas veces esconden la mercadería”, afirma.
Las ferreterías son el principal canal de distribución del producto en Santa Cruz y al IBCH le preocupa la falta de instrumentos para evitar el agio y encarecimiento de este material básico para la construcción. Por el momento, se desconoce cuáles serán las acciones que tome este sector empresarial para evitar los excesos.
El precio regular de una bolsa de cemento es de Bs 56; durante la semana pasada, en Santa Cruz hubo ferreterías que la ofertaron y vendieron hasta en Bs 85, según informaron medios de comunicación de la capital cruceña.
La falta de cemento en esa ciudad se debió a que la fábrica Itacamba no pudo importar cuatro toneladas de clinker (materia prima) de las ocho que requiere mensualmente para producir cemento y atender la demanda local.
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