Un crecimiento de esta magnitud demandó no sólo un mayor esfuezo laboral del actual personal de Embol, sino también una respuesta de la empresa en términos de logística e inversión, además de la ampliación de la capacidad productiva de las fábricas de la embotelladora.
Como parte de este esfuerzo, en la planta de Embol de la ciudad de El Alto se inauguraron dos nuevas líneas de envasado de la marca alemana Krones. Con esto, la compañía ahora cuenta con cuatro líneas de producción, lo cual —aseguran sus ejecutivos— permitirá que la empresa incremente su producción hasta en un 40 por ciento.
Se trata de la línea 3, diseñada para los denominados “productos sensibles” (nuevas categorías de bebidas: aguas, isotónicos, energizantes y jugos aligerados); y, de la línea 4, para embotellar productos no retornables y que a la fecha cuenta con una capacidad de hasta 50 mil litros por hora.
“Los productos nuevos requieren mayor tecnología, asepsia y mejores condiciones de elaboración que aseguren su calidad”, informó el gerente regional de Embol, Jaime Tapia, en la inauguración de los nuevos equipos.
Asegura que la línea 4 de embotellado es, en volumen, la más grande de la región. “Cuenta con 140 válvulas, una dimensión que no existe en el país ni en Latinoamérica”.
El jefe del Sistema de Gestión Integrada de Embol, Rodolfo Ricaldez, indica que los nuevos equipos son de última generación, totalmente automatizados, garantizan la inocuidad y pueden envasar 26 mil botellas de dos litros por hora.
Principios. Embol se basa en cinco principios, según Tapia: “refrescar el mercado nacional”, hacer que el consumidor adquiera una dieta saludable y balanceada, ampliando el menú de sus productos; trabajar con la comunidad a través de proyectos vecinales, y hacer que la planta tenga las mejores condiciones laborales y de seguridad.
“Duplicamos nuestro personal en los últimos siete años en la fábrica y generamos más de 50 mil empleos indirectos”, detalla.
Respecto al cuidado del medio ambiente, el empresario aclara que la compañía desarrolla varias políticas de prevención. “Trabajamos optimizando el uso del agua y de la energía y con programas de reciclaje para disminuir la contaminación”.
Inversión. Si bien el gerente no precisó el monto que demandó la puesta en marcha de los nuevos equipos, señaló que el costo fue cubierto con los $us 10 millones que la empresa dispone anualmente.
Sobre el tema, agrega que se puso en marcha una estrategia comercial muy agresiva a fin de proporcionar al consumidor los productos al alcance de su bolsillo. “Somos un producto de consumo masivo y hemos desarrollado hábitos de consumo que requieren fábricas que puedan cubrir la demanda”.
El desarrollo de nuevas líneas de producción iniciado en La Paz continuará en las otras cuatro plantas del interior. “Las mismas líneas se implementarán en Santa Cruz y Tarija y pronto lo haremos en Cochabamba”, finalizó Tapia.
Fundación Coca-Cola en Bolivia
La Fundación Coca-Cola invirtió $us 200 mil durante el periodo 2004-2005 en el proyecto cofinanciado e implementado por Unicef Escuela Amiga, que favoreció a 11 mil alumnos en 12 unidades educativas de El Alto, con mejores ambientes físicos y condiciones propicias para el desarrollo cognitivo.
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