Cuatro caballeros —y sus familias— han reunido sus sueños en torno a una rubia con mucho cuerpo. Es fresca y muy joven.
Acaba de nacer en Cobija y quiere sentar su identidad como la preferida de los pandinos. A sorbos, lo está logrando.
Gustavo Obleas, George Petit, Patricio Kyllman y John Restovic, principales accionistas de la Cervecería Amazónica SA, han escogido Pando como sede para la fabricación de Bahía, la cerveza que acaba de lanzarse al mercado de este departamento y que compite con el monopolio de la CBN (Cervecería Boliviana Nacional, hoy en manos de empresarios argentinos) y con cervezas brasileñas, algunas “más baratas que el agua”, como se publicitan (con una calidad igual de barata, por cierto).
No es una tarea fácil y estos empresarios bolivianos lo saben, pero también tienen la seguridad de que la calidad de su cerveza, resultado de la combinación de experiencia y de una visión a largo plazo, convertirá a Bahía en un emblema de la industria pandina. Un sueño dorado que recién empieza.
Un “arma” muy especial
Pese a que crece rápidamente, no quedan en Pando muchos rastros de aquella época (siglo XVII) en la que el departamento era la tierra del “oro negro” (la goma), que movió mucho dinero a través de los países industrializados pero que dejó muy poco a la región.
Actualmente el aumento poblacional del departamento alcanza el 13 por ciento. Cobija tiene el segundo crecimiento demográfico más alto de Bolivia, después de El Alto; sin embargo, no tiene muchas industrias propias. Prevalece el negocio informal y, desde el último cuarto de siglo, no se ha registrado ningún emprendimiento industrial legal en la zona.
La Cervecería Amazónica SA es la primera industria que se crea en 27 años y sus fundadores quieren aprovechar las condiciones de la zona franca que se ha creado en 1983 en la región, frontera con Perú y Brasil, y que está vigente hasta 2018.
“La única forma de tener presencia en el mercado es que el consumidor pueda reconocer la calidad. Hemos escogido Cobija porque nos han recibido con muchas ganas, sus habitantes están deseosos de desarrollo. Hemos tenido todo el apoyo de la Alcaldía, y hay una real necesidad de darle empuje a esta zona del país, desconocida por muchos bolivianos. Estamos sentando soberanía en la frontera. A los militares que conozco les digo que somos compañeros de armas, que la nuestra es la cerveza y que así asentamos nuestra identidad frente a otros productos que llegan de Brasil”, explica Gustavo Obleas, accionista y gerente Administrativo Financiero de Cervecería Amazónica SA.
Pese a la zona franca, no existe un equilibrio comercial y la competencia para los bolivianos es dura. Los productos brasileños pagan un arancel de 1,5 por ciento, un impuesto muy pequeño en relación a lo que deben pagar los artículos bolivianos si es que quieren ingresar al mercado de Brasil, un 30 por ciento sobre el valor del producto. “Desearíamos que el Gobierno boliviano se pronuncie para que tengamos las mismas condiciones y privilegios que los brasileros, y que el pago sea, por lo menos, el mismo.”, dice Obleas. Pero no en vano esta cerveza ha sido nombrada en honor a la Batalla de Bahía, que determinó que Pando fuera tierra boliviana. “Es una cerveza 'luchadora' y hemos llegado para quedarnos”, afirma determinado Obleas.
La dosis correcta
En la planta de Bahía, ubicada a pocos kilómetros de Cobija, el olor al lúpulo, traído desde Alemania, y a la malta, que llega de Chile, se mezcla con el de la lluvia tropical que cae a cántaros. El ambiente es fresco, y los empleados, uniformados con camisetas verdes y gorras con el logo de Bahía, trabajan en cadena, primero escogiendo las botellas, limpiándolas, revisando que se llenen correctamente, que las tapas encajen perfectamente y que las etiquetas, con un árbol de goma característico de la zona y con colores alegres, queden bien fijas en cada botella que luego se cargará en unas cajas de plástico especiales. Las camionetas con el logo “Bahía, tuya y mía” esperan para distribuir el producto.
La maquinaria, china y alemana, ha sido diseñada especialmente de acuerdo con las necesidades de la empresa y de la región. Los enormes tanques, con un aislamiento de 25 centímetros, especiales para el clima de Pando, guardan la cerveza tipo “lager”, que debe almacenarse por cierto tiempo (lager significa almacenar en alemán), y que en este caso tiene una fórmula que se ha diseñado especialmente para Bahía. Y es que una buena cerveza es resultado de un conjunto de características que determinan su calidad. La armonía en la combinación de sus ingredientes es clave en el proceso, así como la tecnología que se usa.
De y para Pando
Los 30 empleados fijos de la planta de la Cervecería Amazónica, y las decenas que trabajan indirectamente en la distribución, venta, etc., han sentido el impacto de tener un empleo estable. Para muchos ha sido la solución que estaban buscando para quedarse en Bolivia. “Yo pensaba irme a Brasil para conseguir trabajo, pero ahora que trabajo en la cervecería, las cosas han cambiado”, cuenta Nelson Q., de 30 años.
Él y sus compañeros mantienen funcionando desde hace tres meses la planta en la que se ha invertido alrededor de tres millones de dólares. “Mi hijo trabaja en la Bahía en la planta (sic), mi esposo y yo atendemos nuestra tiendita y vendemos la cerveza, le hacemos propaganda. Estamos contentos, aunque los de la Paceña me han dicho que no lo haga, que me iba a quedar sin su producto. No me importa, esta cerveza es nuestra, es de Pando.”, dice Nelly V., de 65 años. Esta pandina, como la mayoría de los consultados, pide guardar su apellido en reserva, por temor a que haya represalias.
Y es que la puja por posicionar a Bahía dentro del mercado ha incluido prácticas desleales de la competencia que han sorprendido a Obleas y compañía. Carteles arrancados, eventos boicoteados y almaceneros amenazados para no vender el nuevo producto son parte de la guerra mercantil que se ha desatado en Cobija pero que Bahía está dispuesta a enfrentar.
Todos los socios que han decidido emprender este sueño tienen tradición cervecera, así que el demandante mercado no les es ajeno y están dispuestos a cimentar su posición como la primera cerveza amazónica del país. El “arma”, servida en un vaso frío, espumante y dorada, está lista.
Las cifras
- En la planta de Cervecería Amazónica se ha invertido tres millones de dólares.
- Son 30 empleados fijos que trabajan en ella, y se benefician alrededor de 120 personas más indirectamente.
- La cerveza Bahía “nace” en junio de 2010. La cervecería se constituye legalmente en octubre de 2008.
- La empresa registra una producción anual de 10.000 hectolitros de cerveza, equivalentes a 1,6 millones de botellas de 600cc al año.
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