Un informe de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Empresas dictamina que en La Paz, Oruro y Chuquisaca existe monopolio en el mercado del cemento; en tanto que en Pando, Tarija y Potosí, solamente dos empresas cubren la demanda. En los demás departamentos, cuatro compañías privadas ejercen un oligopolio en la provisión de este material de construcción.
Frente a la situación, la entidad gubernamental adelantó que emitirá una resolución administrativa preventiva, con el objetivo de regular en el mediano y largo plazos las distorsiones de este mercado.
La Sociedad Boliviana del Cemento (Soboce), cuyas factorías están en Viacha y Warnes, controla 45 por ciento del negocio del rubro en el país; la Fábrica Nacional de Cemento (Fancesa), de Sucre, tiene 28 por ciento; la Cooperativa Boliviana de Cemento, Industrias y Servicios (Coboce), de Cochabamba, el 20 por ciento, e Itacamba, de Santa Cruz, el 8 por ciento.
Este estudio es presentado dos semanas después de que el Gobierno decretara la reversión del 33,34 por ciento de las acciones de Fancesa, que estaban en manos de Soboce y ahora están en poder de la Gobernación oficialista de Chuquisaca.
Además, el Gobierno planea, a través de la empresa pública estratégica Cementosbol, instalar dos plantas en Potosí y en el límite entre esta región y Oruro, en una zona cuya propiedad no fue determinada.
Según el diagnóstico de la Autoridad, Soboce ejerce monopolio en La Paz y Oruro, en tanto que Fancesa es el único que pone el producto a la venta en el departamento de Chuquisaca (ver infografía).
La repartición, dirigida por Óscar Cámara, indica que Soboce extendió su influencia en el negocio con la adquisición de la Fábrica de Cemento El Puente, para formar la empresa Cemento El Puente S.A., tras adquirir el paquete accionario del grupo Inversor. Después de esto se armó la fábrica Emisa y Áridos San Roque, en Oruro.
La empresa representada por el también político opositor Samuel Doria Medina creó, sobre la base de Soboce, la Empresa de Servicios Generales (Emseg) y Ready Mix, por su parte, creó Cemento Warnes y compró las acciones de Fancesa, que fueron recuperadas por el Estado.
Bajo la administración de Soboce, Fancesa compró la empresa Concretec y creó Sucremet y Sermisur, por lo que expandió sus servicios a la construcción.
En su reporte, la institución estatal asegura que “las fusiones, adquisiciones e instalaciones realizadas por Soboce de las fábricas Emisa (Oruro), El Puente (Tarija), Warnes (Santa Cruz) y parte de Fancesa, así como de las empresas Ready Mix (hormigón premezclado) y Áridos San Roque, han respondido a un estrategia empresarial orientada a tener mayor control del mercado”.
El documento firmado por Cámara dice que, “como consecuencia de esta conducta empresarial, los grados de competencia en todos los departamentos del país se han reducido de forma considerable”.
De acuerdo con los datos, en 1990, la demanda nacional del cemento era de 560.000 toneladas anuales. Pero en 20 años, esa demanda se cuadruplicó hasta alcanzar 2,3 millones de toneladas.
La producción de las cuatro compañías (Soboce, Coboce, Fancesa e Itacamba) alcanza anualmente a 2,2 millones de toneladas, pese a que su capacidad instalada llega a fabricar 2,7 millones.
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