En 1986, Santa Cruz exportaba 41 millones de dólares, 17 productos y a 19 países. 25 años más tarde -según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) para el 2009- las exportaciones desde Santa Cruz sumaron 1.478 millones, por 420 productos vendidos a 83 mercados, lo que demuestra el pujante desarrollo de este departamento.
MODELO PRODUCTIVO EXITOSO
Antelo dijo que una parte importante del éxito exportador del departamento de Santa Cruz se lo debe al “modelo productivo cruceño”, fundamentado en la orientación del esfuerzo de los agentes económicos hacia el mercado, tanto el interno como externo.
Recordó que luego de dictarse la “nueva política económica” en 1985 para detener la hiperinflación que destruyó la economía boliviana, Santa Cruz aportó a la recuperación y la generación de empleo, dirigiendo su esfuerzo para abastecer con alimentos el mercado interno y aprovechar las oportunidades del mercado mundial para las agroexportaciones.
Según un análisis del IBCE, sobre la base de datos históricos de Dicomex/mict e información del INE, el aporte cruceño a las ventas externas del país en los últimos 25 años bordea los 14 mil millones de dólares, significando casi un 30% de los 48 mil millones de dólares que totalizaron las ventas de Bolivia entre 1986 y julio de 2010.
Antelo destacó que, descontando las ventas de minerales e hidrocarburos, el aporte “neto” de Santa Cruz a las exportaciones no tradicionales bolivianas en lo que va del siglo XXI es muy superior, rondando el 70% del total nacional.
LA SOYA: “REINA DE LAS EXPORTACIONES”
Dentro de la oferta exportable cruceña, el rubro de las oleaginosas se ubica nítidamente en el primer lugar, con la soya como principal exponente. Este sector ha jalado las ventas cruceñas en su crecimiento, con un aporte cercano a los 6 mil millones de dólares entre 1986 y julio de 2010. Hace 25 años, las ventas de oleaginosas sumaban apenas 15 millones de dólares, mientras que en el 2009 bordearon los 700 millones sin contar su salida por otros departamentos.
Partiendo de un valor total de 41 millones de dólares exportados en 1986, Santa Cruz experimentó luego un crecimiento sostenido en sus ventas externas a una razón superior al 20% anual, alcanzando su máximo valor el 2008 (cerca de 1.900 millones de dólares). El año 2009, fueron las exportaciones no tradicionales las que lograron su récord histórico con 962 millones de dólares, destacando como las principales: soya y derivados, por 570 millones de dólares; azúcar y derivados (106 millones); girasol y derivados, (124 millones); maderas y sus manufacturas (51 millones); cueros y manufacturas (8 millones); y confecciones textiles por 3 millones de dólares. También, Antelo destacó la alta generación de empleo en los sectores agropecuario, agroindustrial, forestal y manufacturero.
ACUERDOS Y MERCADOS EXTERNOS
La suscripción de acuerdos comerciales por parte Bolivia durante la década de 1990, alentó la ampliación de la frontera agrícola de cultivos industriales, lo que ocasionó un aumento de la producción y un crecimiento de las ventas agroindustriales hacia Perú, Colombia, Venezuela y Ecuador, haciendo subir 46 veces las exportaciones de oleaginosas, y en 23 veces las exportaciones no tradicionales del departamento, base del éxito agroexportador cruceño.
En el año 1986, el departamento de Santa Cruz exportaba apenas 17 productos a 19 mercados de destino, destacando el grano de soya, el azúcar, algodón, girasol y frijol, como los principales productos de venta. El número de productos exportados ha superado los 400 desde el año 2004, mientras que el año 2009 se exportó a un total de 83 mercados destinatarios.
EFECTO MULTIPLICADOR
Antelo destacó la relevancia del sector productivo agropecuario, agroindustrial, forestal y manufacturero de Santa Cruz: “Aunando esfuerzos de los propios cruceños con el de los migrantes bolivianos y extranjeros que se han afincado en la región oriental, se ha logrado la soberanía alimentaria en muchos rubros; se ha generado centenares de miles de empleos directos e indirectos para propios y extraños; y enormes efectos multiplicadores para la economía boliviana, derivados de la producción y transformación de recursos naturales renovables. Este generoso aporte al desarrollo del país, bien merece ser recordado en el festejo de este Bicentenario”, subrayó.
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