La suspensión de las preferencias arancelarias que EEUU otorgaba al país mediante la Ley de Promoción Comercial Andina y Erradicación de Droga (ATPDEA) provocó una caída de 40% en la producción de textiles en La Paz, dijo a La Razón el secretario general de la Federación de Trabajadores Fabriles del departamento, Rodolfo Ramos.
“Los trabajadores están abandonando sus puestos laborales por la inseguridad que hay. Ya no tenemos producción, esto hace que caigan nuestros ingresos salariales. La suspensión del ATPDEA ha generado una caída de 40% de la producción”, lamentó.
Ramos agregó que la disminución de la producción hizo que en algunas empresas se tenga que suspender el trabajo por algunos días. “Se está dando vacaciones forzosas a los trabajadores porque ya no hay producción. Los hilanderos, los que hacen telas y las confeccionadoras están parando, están teniendo vacaciones por dos, tres días”.
Además, indicó que si bien las industrias no han cerrado, muchas tuvieron que reducir personal hasta en 35%. El sector fabril teme que el cierre de las empresas se produzca a fin de año.
El dirigente indicó que cuando se suspendió el beneficio a Bolivia, los trabajadores pusieron sus esperanzas en el mercado venezolano, prometido por el Ejecutivo, “pero no está funcionando como habíamos creído”.
“Hasta el momento son sólo palabras y no se puede hacer ni embarques a ese país”, añadió.
Según Rodolfo Ramos, en La Paz hay unas 400 empresas de toda escala (micro, pequeñas, medianas y grandes) involucradas en el rubro textilero, y que se ven afectadas por la difícil situación que atraviesa esta actividad.
El último reporte del Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejó que entre enero y abril, las ventas bolivianas al exterior cayeron en $us 630 millones con respecto a similar período del 2008. La Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz (Cainco) señaló que las exportaciones de productos no tradicionales se contrajeron en 33% y precisamente uno de los rubros afectados es el sector manufacturero.
El representante de los trabajadores fabriles de La Paz consideró que la actual coyuntura es difícil, pues si bien ahora el Gobierno se preocupa por hacer cumplir las normas laborales, las empresas quedaron desprotegidas. “Anteriormente, los gobiernos neoliberales hacían que no se cumpla con las normas laborales. Ahora es un poco al revés, la empresa ya no tiene sostenibilidad para seguir produciendo”.
En este marco, Rodolfo Ramos demandó mercados “seguros y reales” para la producción de las empresas, a fin de que los trabajadores puedan conservar sus empleos. También pidió que se proteja a la industria interna y se haga cumplir la prohibición a la venta de prendas usadas.
“Los trabajadores están abandonando sus puestos laborales por la inseguridad que hay. Ya no tenemos producción, esto hace que caigan nuestros ingresos salariales. La suspensión del ATPDEA ha generado una caída de 40% de la producción”, lamentó.
Ramos agregó que la disminución de la producción hizo que en algunas empresas se tenga que suspender el trabajo por algunos días. “Se está dando vacaciones forzosas a los trabajadores porque ya no hay producción. Los hilanderos, los que hacen telas y las confeccionadoras están parando, están teniendo vacaciones por dos, tres días”.
Además, indicó que si bien las industrias no han cerrado, muchas tuvieron que reducir personal hasta en 35%. El sector fabril teme que el cierre de las empresas se produzca a fin de año.
El dirigente indicó que cuando se suspendió el beneficio a Bolivia, los trabajadores pusieron sus esperanzas en el mercado venezolano, prometido por el Ejecutivo, “pero no está funcionando como habíamos creído”.
“Hasta el momento son sólo palabras y no se puede hacer ni embarques a ese país”, añadió.
Según Rodolfo Ramos, en La Paz hay unas 400 empresas de toda escala (micro, pequeñas, medianas y grandes) involucradas en el rubro textilero, y que se ven afectadas por la difícil situación que atraviesa esta actividad.
El último reporte del Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejó que entre enero y abril, las ventas bolivianas al exterior cayeron en $us 630 millones con respecto a similar período del 2008. La Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz (Cainco) señaló que las exportaciones de productos no tradicionales se contrajeron en 33% y precisamente uno de los rubros afectados es el sector manufacturero.
El representante de los trabajadores fabriles de La Paz consideró que la actual coyuntura es difícil, pues si bien ahora el Gobierno se preocupa por hacer cumplir las normas laborales, las empresas quedaron desprotegidas. “Anteriormente, los gobiernos neoliberales hacían que no se cumpla con las normas laborales. Ahora es un poco al revés, la empresa ya no tiene sostenibilidad para seguir produciendo”.
En este marco, Rodolfo Ramos demandó mercados “seguros y reales” para la producción de las empresas, a fin de que los trabajadores puedan conservar sus empleos. También pidió que se proteja a la industria interna y se haga cumplir la prohibición a la venta de prendas usadas.
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