Pese a la crisis económica internacional, la caída del rubro de la construcción en varios países y el freno en las inversiones nacionales, la Sociedad Boliviana de Cemento S.A. (Soboce), con plantas en La Paz, Oruro, Tarija y Santa Cruz, asegura que sigue creciendo y anuncia inversiones por 42 millones de dólares en el país.
El ritmo de crecimiento del sector de la construcción (9,2 por ciento) durante 2008 sigue intacto para la empresa, que, aunque prevé un pequeño bajón, está dispuesta a seguir adelante, dice el presidente ejecutivo de Soboce, Juan Carlos Requena.
—En 2009 cumplen 84 años. ¿Cuántas plantas tienen y qué evaluación hacen de su presencia en el país?
—Indudablemente que nos ha ido bien pese a los cambios económicos. Tenemos las plantas cementeras Viacha en La Paz, Emisa en Oruro, El Puente en Tarija, y Warnes en Santa Cruz, además de las plantas de hormigón Redymix de Soboce, que están instaladas en Santa Cruz, La Paz, Tarija y Cochabamba. Asimismo tenemos presencia accionaria en la fábrica de cemento Fancesa, de Chuquisaca, y en la empresa Especialistas en Minerales Calizos (Esmical).
—Eso significa que ustedes han crecido vertiginosamente en los últimos años y que el cemento es un buen negocio…
—En los últimos 12 años hemos hecho inversiones por más de 160 millones de dólares y este año pensamos invertir 42 millones, de los cuales 33 millones serán destinados a Viacha. Somos una empresa en la que los accionistas decidieron que el 50 por ciento de las utilidades sea destinado a la reinversión. Esto no alcanza para efectuar el conjunto de las inversiones, por lo que también hemos recurrido a la banca, fondos financieros y a la emisión de bonos para financiarnos.
—¿Cómo se traduce esto en la generación de empleos y cuál es el verdadero impacto en la población?
—Un primer impacto es la creación de más de 1.300 empleos directos y 5.000 indirectos. Las comunidades donde están asentadas las plantas y de donde procede la materia prima reciben beneficios; por ejemplo, aproximadamente siete millones de dólares son destinados cada año a la compra de caliza, lo que beneficia a las cooperativas y comunidades de Viacha.
—¿Qué pasa con el resto de las plantas cementeras?
—Hemos duplicado la capacidad de molienda en Tarija. En Oruro y Santa Cruz también se acompaña la demanda del mercado.
—En el contexto internacional se observa una profunda crisis económica; sin embargo, ustedes parecen no sentir los efectos. ¿Cuál es la fórmula para seguir adelante?
—La crisis está afectando a todo mundo, incluso a nosotros, pero es interesante ver que en el caso boliviano se siente en la minería, los precios del petróleo y del gas natural. Se nota una caída a partir de abril, pero hay una cierta ventaja de la economía boliviana porque no está relacionada directamente con las bolsas, pero creo que en 2010 pueden haber problemas. No obstante, el sector tiene que seguir adelante para atender los requerimientos del mercado. Prueba de ello es que no sólo nosotros invertimos, sino también Fancesa, Coboce e Itacamba.
—Se habla de un crecimiento del 9,2 por ciento del sector en 2008. ¿Cuál es el mercado líder en consumo de cemento y qué proyecciones hay en el precio del cemento?
—Santa Cruz, en particular, creció en el primer trimestre 10 por ciento; es el principal mercado porque ha logrado desplazar a La Paz. Este dato es interesante porque nos da una idea de que la economía sigue adelante, lenta pero va en ascenso. Por otro lado, es difícil pronosticar si los precios se mantendrán o subirán, esto depende de la competencia, porque aquí hay cuatro operadores. También hay que hacer notar que se incrementaron los salarios y el transporte.
El ritmo de crecimiento del sector de la construcción (9,2 por ciento) durante 2008 sigue intacto para la empresa, que, aunque prevé un pequeño bajón, está dispuesta a seguir adelante, dice el presidente ejecutivo de Soboce, Juan Carlos Requena.
—En 2009 cumplen 84 años. ¿Cuántas plantas tienen y qué evaluación hacen de su presencia en el país?
—Indudablemente que nos ha ido bien pese a los cambios económicos. Tenemos las plantas cementeras Viacha en La Paz, Emisa en Oruro, El Puente en Tarija, y Warnes en Santa Cruz, además de las plantas de hormigón Redymix de Soboce, que están instaladas en Santa Cruz, La Paz, Tarija y Cochabamba. Asimismo tenemos presencia accionaria en la fábrica de cemento Fancesa, de Chuquisaca, y en la empresa Especialistas en Minerales Calizos (Esmical).
—Eso significa que ustedes han crecido vertiginosamente en los últimos años y que el cemento es un buen negocio…
—En los últimos 12 años hemos hecho inversiones por más de 160 millones de dólares y este año pensamos invertir 42 millones, de los cuales 33 millones serán destinados a Viacha. Somos una empresa en la que los accionistas decidieron que el 50 por ciento de las utilidades sea destinado a la reinversión. Esto no alcanza para efectuar el conjunto de las inversiones, por lo que también hemos recurrido a la banca, fondos financieros y a la emisión de bonos para financiarnos.
—¿Cómo se traduce esto en la generación de empleos y cuál es el verdadero impacto en la población?
—Un primer impacto es la creación de más de 1.300 empleos directos y 5.000 indirectos. Las comunidades donde están asentadas las plantas y de donde procede la materia prima reciben beneficios; por ejemplo, aproximadamente siete millones de dólares son destinados cada año a la compra de caliza, lo que beneficia a las cooperativas y comunidades de Viacha.
—¿Qué pasa con el resto de las plantas cementeras?
—Hemos duplicado la capacidad de molienda en Tarija. En Oruro y Santa Cruz también se acompaña la demanda del mercado.
—En el contexto internacional se observa una profunda crisis económica; sin embargo, ustedes parecen no sentir los efectos. ¿Cuál es la fórmula para seguir adelante?
—La crisis está afectando a todo mundo, incluso a nosotros, pero es interesante ver que en el caso boliviano se siente en la minería, los precios del petróleo y del gas natural. Se nota una caída a partir de abril, pero hay una cierta ventaja de la economía boliviana porque no está relacionada directamente con las bolsas, pero creo que en 2010 pueden haber problemas. No obstante, el sector tiene que seguir adelante para atender los requerimientos del mercado. Prueba de ello es que no sólo nosotros invertimos, sino también Fancesa, Coboce e Itacamba.
—Se habla de un crecimiento del 9,2 por ciento del sector en 2008. ¿Cuál es el mercado líder en consumo de cemento y qué proyecciones hay en el precio del cemento?
—Santa Cruz, en particular, creció en el primer trimestre 10 por ciento; es el principal mercado porque ha logrado desplazar a La Paz. Este dato es interesante porque nos da una idea de que la economía sigue adelante, lenta pero va en ascenso. Por otro lado, es difícil pronosticar si los precios se mantendrán o subirán, esto depende de la competencia, porque aquí hay cuatro operadores. También hay que hacer notar que se incrementaron los salarios y el transporte.
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