Como cada fin de año, Coca-Cola ha abierto la Casa Mágica y el Tren Mágico de Papá Noel, en un intento por preservar la esencia de la Navidad y ofrecer un regalo a los más pequeños.
Entre los ambientes que incluyen la visita están: el dormitorio, donde se puede ver la cama donde duerme Papá Noel, sus libros y sus efectos personales; la despensa y la cocina; y un taller donde los duendes fabrican los juguetes que Papá Noel llevará a los hogares de los niños del mundo. Sin olvidar el paseo por la biblioteca y los pasadizos secretos. El momento estelar llega cuando los visitantes conocen en persona a Papá Noel, con quien pueden sacarse una fotografía.
La casa, situada en la Calle 9 de Obrajes, ha sido especialmente preparada por profesionales en el área, quienes lograron transformar una vivienda corriente en lo que es hoy.
Cada ambiente está decorado con música y efectos de sonido. Para la atención de los visitantes se ha capacitado a un grupo de adolescentes, que en el papel de duendes navideños, enseñan los ambientes de la casa.
“Es muy gratificante saber que somos parte de la alegría de los niños. Este regalo ha sido concebido para que, junto a Coca-Cola, los niños puedan acercarse a su sueño más anhelado: conocer a Papá Noel”, dice Jaime Tapia, gerente regional de Embol.
Esta iniciativa también forma parte de los proyectos de responsabilidad social de la empresa. Pero el decorado no incluye sólo la casa, sino también la plaza que la alberga, la 16 de Julio.
Ayer, sábado, se realizó una chocolateada para niños de hogares y orfanatos, además de un gran concierto que tuvo como invitados especiales a la sinfónica de la ciudad de El Alto y la coral de la misma ciudad.
Entre los ambientes que incluyen la visita están: el dormitorio, donde se puede ver la cama donde duerme Papá Noel, sus libros y sus efectos personales; la despensa y la cocina; y un taller donde los duendes fabrican los juguetes que Papá Noel llevará a los hogares de los niños del mundo. Sin olvidar el paseo por la biblioteca y los pasadizos secretos. El momento estelar llega cuando los visitantes conocen en persona a Papá Noel, con quien pueden sacarse una fotografía.
La casa, situada en la Calle 9 de Obrajes, ha sido especialmente preparada por profesionales en el área, quienes lograron transformar una vivienda corriente en lo que es hoy.
Cada ambiente está decorado con música y efectos de sonido. Para la atención de los visitantes se ha capacitado a un grupo de adolescentes, que en el papel de duendes navideños, enseñan los ambientes de la casa.
“Es muy gratificante saber que somos parte de la alegría de los niños. Este regalo ha sido concebido para que, junto a Coca-Cola, los niños puedan acercarse a su sueño más anhelado: conocer a Papá Noel”, dice Jaime Tapia, gerente regional de Embol.
Esta iniciativa también forma parte de los proyectos de responsabilidad social de la empresa. Pero el decorado no incluye sólo la casa, sino también la plaza que la alberga, la 16 de Julio.
Ayer, sábado, se realizó una chocolateada para niños de hogares y orfanatos, además de un gran concierto que tuvo como invitados especiales a la sinfónica de la ciudad de El Alto y la coral de la misma ciudad.
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