Luego de que se incluyera en el proyecto de Ley del Presupuesto General de la Nación (PGN) 2009 la decisión de que determinados especialistas y técnicos en empresas estratégicas del país —como YPFB, Entel y BoA— ganen más que el presidente Evo Morales (15 mil bolivianos), no se descarta beneficiar con esta disposición a otros profesionales de ciertas áreas que cumplan con determinadas condiciones, como el pertenecer al sector productivo.
“Este ajuste lo vamos a estudiar para ver qué posibilidades más existen, por ahora son casos excepcionales”, aseguró a este medio el jueves el ministro de Trabajo, Wálter Delgadillo.
Como fuere, la autoridad gubernamental afirma que el Gobierno tiene clara su posición al respecto. “El decreto de austeridad se cumplirá con normalidad, sin olvidar que existen sectores de alta especialidad”, aseguró.
El decreto al que se refiere Delgadillo es el 28610, uno de los primeros que firmó el mandatario Morales, en enero del 2006, durante su primera reunión de gabinete, y por el cual dispuso la disminución de salarios a todos los funcionarios públicos que ocupan cargos jerárquicos.
El primero en ser afectado fue precisamente Morales, quien disminuyó su salario en un 57 por ciento, de 34.900 a 15.000 bolivianos. Desde entonces se determinó que ningún funcionario público ganaría más que el Jefe de Estado.
A tres años años de la medida, el balance que tiene el Gobierno es “positivo”, ya que con el dinero ahorrado, entre otras cosas, se “logró crear alrededor de ocho mil ítems para los sectores de salud y educación”, cuatro para cada cual, sostuvo el titular de Trabajo.
En ese entonces “el Presidente quería reducir su salario en un 70 por ciento, pero hubo ministros que le advirtieron que había profesionales que abandonarían el aparato estatal si eso ocurría”, dijo por su parte el superintendente del Servicio Civil, Rodolfo Illanes, que en enero del 2006 era asesor del gobernante en el Palacio.
Al final de este fenónemo, la “fuga” de profesionales sí se produjo en el transcurso de estos tres años, aunque, a decir de Illanes, nunca fue cuantificado. “Por lo menos la Superintendencia no recibió ningún reporte sobre renuncias o abandono del cargo por este motivo”, señaló.
Muchos de los profesionales que dejaron el sector público optaron por el ámbito privado, en una suerte de “migración” laboral, que tampoco fue cuantificada. Este fenómeno “ciertamente sucedió, por eso decidimos ajustar” la medida, admitió Delgadillo.
Pero no todos los personeros “migraron” al sector privado dentro del país, hubo quienes también salieron al exterior tentados por mejores oportunidades laborales, en lo que se llamó una “fuga de cerebros”. Uno de estos casos se produjo en julio de este año con el “reclutamiento” de profesionales y técnicos bolivianos dedicados al rubro de los hidrocarburos al bloque gasífero de Camisea, en Perú, cuyos directivos destacaron la experiencia de los nacionales.
A decir de Illanes, estos fenómenos de “fuga” y “migración” de personal cualificado tienen un límite, ya que “el sector privado no puede acoger a todos, por eso estimo que cuando llegue una bonanza general debe revisarse esta situación... Puede haber otra empresa productiva que acogiéndose a principios del derecho laboral exija un trato similar, si (el cambio en la estructura salarial) beneficia a unos puede beneficiar a otros”.
“Eso se tiene ver con calma... Lo que ahora estamos haciendo es mejorar las condiciones técnicas y científicas en sectores con capacidad de lograr excedentes para la economía y que inviertan en producción”, indicó Delgadillo, quien lamentó la falta de conexión entre las oferta y la demanda laborales, al igual que con la tecnología.
Empresarios y obreros hablan de negociar
Contraria es la posición de los empresarios y los trabajadores sobre el reajuste a la política salarial incluida en el proyecto de PGN del próximo año. A pesar de ello, ambos coinciden en que las relaciones al momento de negociar un posible aumento son al fin y al cabo “amigables”.
“A los trabajadores poco o nada debería importarnos el que algunos técnicos ganen más que el Presidente, lo que debemos preguntarnos es qué pasará con los de abajo, nada ha cambiado para los trabajadores desde la aprobación del 21060, no es posible pensar en salarios de ese nivel si antes no se resuelve el problema del desempleo”, asegura Pedro Montes, secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana.
“El reajuste aplicado por el Gobierno es correcto porque hay técnicos que son de primera línea que tienen salarios cotizados en el mercado. No creo que exista alguno de estos técnicos en la minería tradicional y cooperativista potosina, aunque sí en el sector privado como en San Cristóbal. Como fuere, todos deberíamos tender a modernizar nuestras operaciones, lo que incluye buenos salarios”, dice por su parte Roberto Valda, presidente de la Federación de Empresarios de Potosí.
Estabilidad laboral y mejora en los sistemas tecnológicos son las dos demandas históricas que Montes antepone en la agenda de los trabajadores. “A pesar de ello, siempre estamos en comunicación con los empresarios, la relación es amigable ya que ellos dependen de nosotros y nosotros de ellos”.
“Con los trabajadores la relación siempre es cordial, por lo que ahora como antes estamos abiertos a iniciar cualquier negociación en un plano amigable”, indica Valda.
Los salarios no crecen como la economía
Informe
Desfase • Esta semana, la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) publicó un informe en el que se concluye que a pesar del crecimiento sostenido de la economía regional los últimos años, con un promedio de 4,5 por ciento, en gran parte de los países los salarios apenas crecieron en un 1,9 por ciento.
Negociación • Entre las causas destacan la poca utilización de la negociación colectiva. Cuanto menos negociación colectiva hay, menor es el aumento salarial.
Textual
Menos peso • “Si analizamos el peso de los salarios en las economías nacionales, se observa que es menor que hace unos algunos años. El crecimiento en algunos países, por lo tanto, no ha sido beneficioso para todos los ciudadanos”, dice José Luis Daza, director de la OIT para los Países Andinos.
Crecimiento • “Todo esto nos lleva a concluir que hubo un enorme desfase entre el crecimiento económico y el crecimiento de los salarios”, señala el Director de la OIT.
Entrevista
“Los salarios deben ser competitivos con el sector privado”
Mario Velásquez, asesor del Gobierno de Chile. Creó el Seguro de Cesantía de ese país y ahora diseña la Reforma de Pensiones.
¿Qué debería considerar cualquier estructura o política salarial en un país?
La política salarial en general de un país tiene al menos tres componentes: un salario mínimo, las negociaciones en el sector público, y las negociaciones en el sector privado que se ajusten a la realidad de las empresas y refleje el rendimiento de los trabajadores.
El salario mínimo cumple esencialmente dos funciones: por un lado, constituye un salario de entrada para aquellos trabajadores que no están calificados, que son jóvenes, que no tienen experiencia ni capacidad de negociar. Y por otro, debe financiar al menos una canasta básica. En ambos casos, la política que se establezca con este salario no es ajena a lo que pasa con el resto de la estructura salarial, es una señal potente para la economía. Por ello se recomienda que el salario crezca en función del crecimiento económico.
Aquí viene el segundo componente: las negociaciones con el sector público...
Que en el caso de Bolivia es tremendamente importante por el tamaño del sector estatal. También representa una fuerte señal para la economía...
¿En el caso del sistema privado?
Lo ideal es que se deje negociar a trabajadores y empresarios...
¿Cómo debe entenderse bajo estas consideraciones la política asumida por el Gobierno boliviano de que nadie gane más que el Presidente?
Lo que uno debería esperar es que los salarios reflejen la productividad de las personas, quienes tienen mayor calificación deben ser mejor remunerados. Si eso no ocurre, estas personas migrarán a otros sectores. Por otro lado, en el sector público debería suponerse que el salario más alto es el del Presidente. Sin embargo, hay un problema muy importante: el punto de comparación del sector público es el sector privado. Si hay una diferencia (salarial) a favor de este último, la tendencia es migrar hacia él, hacia el sector privado. Quizás en Bolivia esto suceda en menos grado porque el ámbito privado es más pequeño.
Quizás por ello el Gobierno boliviano debió reconsiderar hace poco el que existan técnicos de algunos sectores estratégicos que ganen más que el Mandatario...
No puedo referirme al caso boliviano en particular, pero sin duda esa decisión, a mi juicio, lo que refleja es que existe preocupación para no generar estas distorsiones. Es una decisión que en última instancia apunta a conservar los recursos humanos calificados que tiene el Estado boliviano.
Al haberse dado este paso, ¿no hay riesgo de que otros técnicos y sectores estratégicos pidan el mismo trato?
Honestamente, creo que sí. En estos casos suele pasar que la excepción pasa a ser la regla.
En tal caso, ¿cómo debería reaccionar el Estado?
Tener salarios relativamente alineados con el sector privado, aunque con un sentido distinto. Es difícil medir la productividad cuando se trata de servicios, aunque también hay muchas maneras de establecer objetivos y cumplimiento de metas, y así generar incentivos en la escala salarial. Hay toda una teoría al respecto, aunque la tendencia cuando uno habla de modernización de las instituciones del Estado es que exista una carrera funcionaria, posibilidades de ascenso y que éste sea recompensado. De esta manera, los salarios del sector público deben ser competitivos con el privado.
¿Cómo funciona en Chile?
En Chile hay de todo. Desde la década del 90 hubo cambios. Antes se tenía una escala única y muy rígida de remuneraciones en el sector público, sobre la cual se negociaba un reajuste... De ahí en adelante se genera una carrera funcionaria... Los salarios crecen de dos maneras: primero por los reajustes y luego a través de programas que vinculaban los aumentos al cumplimiento de metas.
Se paga por meta cumplida...
Sí. Se hacen compromisos, si se los cumple, existe aumento. Normalmente los compromisos se cumplen porque a los trabajadores les interesa... Es un experiencia interesante, pero que todavía hay que observarla. No es precisamente aún un producto de exportación.
¿Puede decirnos cuánto gana la presidenta Bachelet?
No es un sueldo grande, diría que unos ocho mil dólares. En el sector público no hay nadie que gane más, pero en el privado hay gente que gana mucho más. Ese sueldo no es un escándalo para nadie, es un sueldo austero...
“Este ajuste lo vamos a estudiar para ver qué posibilidades más existen, por ahora son casos excepcionales”, aseguró a este medio el jueves el ministro de Trabajo, Wálter Delgadillo.
Como fuere, la autoridad gubernamental afirma que el Gobierno tiene clara su posición al respecto. “El decreto de austeridad se cumplirá con normalidad, sin olvidar que existen sectores de alta especialidad”, aseguró.
El decreto al que se refiere Delgadillo es el 28610, uno de los primeros que firmó el mandatario Morales, en enero del 2006, durante su primera reunión de gabinete, y por el cual dispuso la disminución de salarios a todos los funcionarios públicos que ocupan cargos jerárquicos.
El primero en ser afectado fue precisamente Morales, quien disminuyó su salario en un 57 por ciento, de 34.900 a 15.000 bolivianos. Desde entonces se determinó que ningún funcionario público ganaría más que el Jefe de Estado.
A tres años años de la medida, el balance que tiene el Gobierno es “positivo”, ya que con el dinero ahorrado, entre otras cosas, se “logró crear alrededor de ocho mil ítems para los sectores de salud y educación”, cuatro para cada cual, sostuvo el titular de Trabajo.
En ese entonces “el Presidente quería reducir su salario en un 70 por ciento, pero hubo ministros que le advirtieron que había profesionales que abandonarían el aparato estatal si eso ocurría”, dijo por su parte el superintendente del Servicio Civil, Rodolfo Illanes, que en enero del 2006 era asesor del gobernante en el Palacio.
Al final de este fenónemo, la “fuga” de profesionales sí se produjo en el transcurso de estos tres años, aunque, a decir de Illanes, nunca fue cuantificado. “Por lo menos la Superintendencia no recibió ningún reporte sobre renuncias o abandono del cargo por este motivo”, señaló.
Muchos de los profesionales que dejaron el sector público optaron por el ámbito privado, en una suerte de “migración” laboral, que tampoco fue cuantificada. Este fenómeno “ciertamente sucedió, por eso decidimos ajustar” la medida, admitió Delgadillo.
Pero no todos los personeros “migraron” al sector privado dentro del país, hubo quienes también salieron al exterior tentados por mejores oportunidades laborales, en lo que se llamó una “fuga de cerebros”. Uno de estos casos se produjo en julio de este año con el “reclutamiento” de profesionales y técnicos bolivianos dedicados al rubro de los hidrocarburos al bloque gasífero de Camisea, en Perú, cuyos directivos destacaron la experiencia de los nacionales.
A decir de Illanes, estos fenómenos de “fuga” y “migración” de personal cualificado tienen un límite, ya que “el sector privado no puede acoger a todos, por eso estimo que cuando llegue una bonanza general debe revisarse esta situación... Puede haber otra empresa productiva que acogiéndose a principios del derecho laboral exija un trato similar, si (el cambio en la estructura salarial) beneficia a unos puede beneficiar a otros”.
“Eso se tiene ver con calma... Lo que ahora estamos haciendo es mejorar las condiciones técnicas y científicas en sectores con capacidad de lograr excedentes para la economía y que inviertan en producción”, indicó Delgadillo, quien lamentó la falta de conexión entre las oferta y la demanda laborales, al igual que con la tecnología.
Empresarios y obreros hablan de negociar
Contraria es la posición de los empresarios y los trabajadores sobre el reajuste a la política salarial incluida en el proyecto de PGN del próximo año. A pesar de ello, ambos coinciden en que las relaciones al momento de negociar un posible aumento son al fin y al cabo “amigables”.
“A los trabajadores poco o nada debería importarnos el que algunos técnicos ganen más que el Presidente, lo que debemos preguntarnos es qué pasará con los de abajo, nada ha cambiado para los trabajadores desde la aprobación del 21060, no es posible pensar en salarios de ese nivel si antes no se resuelve el problema del desempleo”, asegura Pedro Montes, secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana.
“El reajuste aplicado por el Gobierno es correcto porque hay técnicos que son de primera línea que tienen salarios cotizados en el mercado. No creo que exista alguno de estos técnicos en la minería tradicional y cooperativista potosina, aunque sí en el sector privado como en San Cristóbal. Como fuere, todos deberíamos tender a modernizar nuestras operaciones, lo que incluye buenos salarios”, dice por su parte Roberto Valda, presidente de la Federación de Empresarios de Potosí.
Estabilidad laboral y mejora en los sistemas tecnológicos son las dos demandas históricas que Montes antepone en la agenda de los trabajadores. “A pesar de ello, siempre estamos en comunicación con los empresarios, la relación es amigable ya que ellos dependen de nosotros y nosotros de ellos”.
“Con los trabajadores la relación siempre es cordial, por lo que ahora como antes estamos abiertos a iniciar cualquier negociación en un plano amigable”, indica Valda.
Los salarios no crecen como la economía
Informe
Desfase • Esta semana, la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) publicó un informe en el que se concluye que a pesar del crecimiento sostenido de la economía regional los últimos años, con un promedio de 4,5 por ciento, en gran parte de los países los salarios apenas crecieron en un 1,9 por ciento.
Negociación • Entre las causas destacan la poca utilización de la negociación colectiva. Cuanto menos negociación colectiva hay, menor es el aumento salarial.
Textual
Menos peso • “Si analizamos el peso de los salarios en las economías nacionales, se observa que es menor que hace unos algunos años. El crecimiento en algunos países, por lo tanto, no ha sido beneficioso para todos los ciudadanos”, dice José Luis Daza, director de la OIT para los Países Andinos.
Crecimiento • “Todo esto nos lleva a concluir que hubo un enorme desfase entre el crecimiento económico y el crecimiento de los salarios”, señala el Director de la OIT.
Entrevista
“Los salarios deben ser competitivos con el sector privado”
Mario Velásquez, asesor del Gobierno de Chile. Creó el Seguro de Cesantía de ese país y ahora diseña la Reforma de Pensiones.
¿Qué debería considerar cualquier estructura o política salarial en un país?
La política salarial en general de un país tiene al menos tres componentes: un salario mínimo, las negociaciones en el sector público, y las negociaciones en el sector privado que se ajusten a la realidad de las empresas y refleje el rendimiento de los trabajadores.
El salario mínimo cumple esencialmente dos funciones: por un lado, constituye un salario de entrada para aquellos trabajadores que no están calificados, que son jóvenes, que no tienen experiencia ni capacidad de negociar. Y por otro, debe financiar al menos una canasta básica. En ambos casos, la política que se establezca con este salario no es ajena a lo que pasa con el resto de la estructura salarial, es una señal potente para la economía. Por ello se recomienda que el salario crezca en función del crecimiento económico.
Aquí viene el segundo componente: las negociaciones con el sector público...
Que en el caso de Bolivia es tremendamente importante por el tamaño del sector estatal. También representa una fuerte señal para la economía...
¿En el caso del sistema privado?
Lo ideal es que se deje negociar a trabajadores y empresarios...
¿Cómo debe entenderse bajo estas consideraciones la política asumida por el Gobierno boliviano de que nadie gane más que el Presidente?
Lo que uno debería esperar es que los salarios reflejen la productividad de las personas, quienes tienen mayor calificación deben ser mejor remunerados. Si eso no ocurre, estas personas migrarán a otros sectores. Por otro lado, en el sector público debería suponerse que el salario más alto es el del Presidente. Sin embargo, hay un problema muy importante: el punto de comparación del sector público es el sector privado. Si hay una diferencia (salarial) a favor de este último, la tendencia es migrar hacia él, hacia el sector privado. Quizás en Bolivia esto suceda en menos grado porque el ámbito privado es más pequeño.
Quizás por ello el Gobierno boliviano debió reconsiderar hace poco el que existan técnicos de algunos sectores estratégicos que ganen más que el Mandatario...
No puedo referirme al caso boliviano en particular, pero sin duda esa decisión, a mi juicio, lo que refleja es que existe preocupación para no generar estas distorsiones. Es una decisión que en última instancia apunta a conservar los recursos humanos calificados que tiene el Estado boliviano.
Al haberse dado este paso, ¿no hay riesgo de que otros técnicos y sectores estratégicos pidan el mismo trato?
Honestamente, creo que sí. En estos casos suele pasar que la excepción pasa a ser la regla.
En tal caso, ¿cómo debería reaccionar el Estado?
Tener salarios relativamente alineados con el sector privado, aunque con un sentido distinto. Es difícil medir la productividad cuando se trata de servicios, aunque también hay muchas maneras de establecer objetivos y cumplimiento de metas, y así generar incentivos en la escala salarial. Hay toda una teoría al respecto, aunque la tendencia cuando uno habla de modernización de las instituciones del Estado es que exista una carrera funcionaria, posibilidades de ascenso y que éste sea recompensado. De esta manera, los salarios del sector público deben ser competitivos con el privado.
¿Cómo funciona en Chile?
En Chile hay de todo. Desde la década del 90 hubo cambios. Antes se tenía una escala única y muy rígida de remuneraciones en el sector público, sobre la cual se negociaba un reajuste... De ahí en adelante se genera una carrera funcionaria... Los salarios crecen de dos maneras: primero por los reajustes y luego a través de programas que vinculaban los aumentos al cumplimiento de metas.
Se paga por meta cumplida...
Sí. Se hacen compromisos, si se los cumple, existe aumento. Normalmente los compromisos se cumplen porque a los trabajadores les interesa... Es un experiencia interesante, pero que todavía hay que observarla. No es precisamente aún un producto de exportación.
¿Puede decirnos cuánto gana la presidenta Bachelet?
No es un sueldo grande, diría que unos ocho mil dólares. En el sector público no hay nadie que gane más, pero en el privado hay gente que gana mucho más. Ese sueldo no es un escándalo para nadie, es un sueldo austero...
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