A un mes de celebrarse la navidad, Anatina Toys, la primera industria de juguetes elaborados artesanalmente por manos bolivianas, se alista para llegar una vez más por tercer año consecutivo a las manos de los niños bolivianos y de Alemania, su principal mercado externo donde en cuatro años acomodará 250.000 productos.
La producción tiende a concentrarse en los dos últimos meses del año, y en previsión la empresa efectúa sus contratos de venta en el primer trimestre con el propósito de garantizar la actividad laboral de sus obreros durante toda la gestión.
La empresa formada por artesanos nacionales nació el 2006 como parte de las gestiones sociales de la Sociedad Boliviana de Cemento (Soboce) que decidió destinar el 10 por ciento de sus utilidades y el 10 por ciento del tiempo de sus ejecutivos al desarrollo de proyectos de impacto social.
Alfredo Troche, gerente de Anatina Toys, mencionó que con ese espíritu la empresa cementera reunió el 2005 a un grupo de artesanos, los ayudó con capital de trabajo, materia prima, insumos y capacitación en contabilidad, recursos humanos y aspectos administrativos. Pero lo más importante es la transmisión de conocimientos para la elaboración de juguetes fabricados en madera y tela.
Soboce invirtió 500.000 dólares en el emprendimiento, y hasta la fecha ha generado 140.000 empleos directos.
La producción actual de Anatina Toys es de 36.000 juguetes para el mercado interno y 3.000 para exportación.
Sin embargo, Toche dijo que la mirada está puesta en consolidar y extender el mercado externo que actualmente se concentra en Alemania.
“Nuestros juguetes tienen un alto perfil de exportación, en 4 años pensamos más que triplicar la venta de juguetes en el mercado extranjero”
Troche aseguró que los juguetes de la empresa son muy valorados en Alemania, donde la gente sabe apreciar los materiales hechos a mano.
Es con ese objetivo que en los siguientes cuatro años la fábrica incrementará su producción a 60.000 juguetes para el mercado interno y 250.000 la oferta dirigida al extranjero.
Para alcanzar ese propósito, Anatina Toys logró que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) confiara en el proyecto y canalice un préstamo de 600.000 dólares a fondo perdido.
Para el 2012 la factoría espera contar con 50 talleres de trabajo y generar más de 400 empleos directos y consolidar la producción esperada.
Según Troche, ese año la empresa ya no necesitará de la participación de la industria cementera, las acciones pasarán a manos de los artesanos y Soboce habrá cumplido su misión social de haberlos apoyado en su transformación en empresarios.
Agregó que las perspectivas del mercado externo son favorables para este tipo de emprendimientos y en lo que va de su existencia Anatina Toys ha demostrado calidad y competitividad y se ha ganado la admiración .
La diferencia radica —dijo— en que la juguetería trabaja con materia prima noble y certificada, cumple con los estándares de exportación CE de Europa y AST de Estados Unidos. “El valor agregado del trabajo artesanal es la principal diferencia con los juguetes provenientes del Asia”.
Anatina Toys fue presentado como modelo en la Semana Mundial del Emprendedorismo, del 17 al 23 de noviembre.
Francisco ayuda a su familia con la empresa
Francisco Anzaldo tiene 10 años de matrimonio y es padre de tres pequeños, de ocho, cinco y tres años, respectivamente, y es uno de los 140 artesanos que trabaja al interior de Anatina Toys y que el 2005 se inscribió para participar de la convocatoria de la Sociedad Boliviana de Cemento (Soboce) para elaborar 100.000 juguetes.
“Hace cuatro años incursioné en el trabajo con la madera, me interesó mucho entrar al rubro de artesanías principalmente, por ese tipo de línea productiva que asumí, tome contacto con la Sociedad Boliviana de Cemento (Soboce), con el proyecto de los 100.000 juguetes, me postulé y ahora estoy trabajando con Anatina Toys”.
Explicó que incursionó en esta actividad porque en el mercado no habían muchos talleres que hagan artesanías, especialmente una que elabore juguetes en madera, una rama de la carpintería poco trabajada y difundida. “Trabajando con Anatina Toys hemos creado una cultura emprendedora. Aprendimos a producir con calidad, oportunidad, puntualidad y sobre todo responsabilidad… es cuestión de actitud”.
“Desde un principio, ha sido una experiencia muy enriquecedora, con el apoyo y asesoramiento de los técnicos hemos podido mejorar nuestro producto, los procesos de transformación y la selección del material”.
Es por eso que Anzaldo considera que la fábrica aún tiene un futuro promisorio porque hay un mercado de exportación y la mano de obra de sus compañeros artesanos es calificada. Además, la empresa cuenta con los medios necesarios para hacer un trabajo responsable y sostenido.
Testimonios de artesanos
Anatina Toys se origina con la campaña “De manos bolivianas para niños bolivianos” (2003-2005). Éste es el testimonio de dos de sus trabajadores que gracias a este emprendimiento pueden sostener sus hogares.
Taller Artesanía
Propietaria: Justina Córdova Higueras. Potosina, casada, madre de cinco hijos. Tiene cinco empleados.
“Comencé a trabajar con poca producción, con 250 muñecos al mes, esa época mi trabajo no tenía los requisitos de calidad para exportación. Fue así que Anatina Toys nos capacitó en el manejo de talleres, en control de calidad y en costura. De esa manera comencé a producir más, de 250 a 500 unidades. Ahora estoy produciendo 2000 juguetes. En este tiempo he adquirido maquinaria y tengo más empleados; antes trabajábamos mi hijo y yo, ahora tenemos cinco empleados. Yo producía para vender lo que el comprador pedía, uno o dos al mes, ésa era mi producción. Ahora tengo trabajo seguro y estable. Mes a mes tenemos la producción y en grandes cantidades, además con todos los requisitos para exportación.
“Todos los talleres que trabajamos con Anatina estamos agradecidos, tenemos una fuente de trabajo permanente, la satisfacción de trabajar y nuestros ingresos económicos han mejorado notablemente”.
La producción tiende a concentrarse en los dos últimos meses del año, y en previsión la empresa efectúa sus contratos de venta en el primer trimestre con el propósito de garantizar la actividad laboral de sus obreros durante toda la gestión.
La empresa formada por artesanos nacionales nació el 2006 como parte de las gestiones sociales de la Sociedad Boliviana de Cemento (Soboce) que decidió destinar el 10 por ciento de sus utilidades y el 10 por ciento del tiempo de sus ejecutivos al desarrollo de proyectos de impacto social.
Alfredo Troche, gerente de Anatina Toys, mencionó que con ese espíritu la empresa cementera reunió el 2005 a un grupo de artesanos, los ayudó con capital de trabajo, materia prima, insumos y capacitación en contabilidad, recursos humanos y aspectos administrativos. Pero lo más importante es la transmisión de conocimientos para la elaboración de juguetes fabricados en madera y tela.
Soboce invirtió 500.000 dólares en el emprendimiento, y hasta la fecha ha generado 140.000 empleos directos.
La producción actual de Anatina Toys es de 36.000 juguetes para el mercado interno y 3.000 para exportación.
Sin embargo, Toche dijo que la mirada está puesta en consolidar y extender el mercado externo que actualmente se concentra en Alemania.
“Nuestros juguetes tienen un alto perfil de exportación, en 4 años pensamos más que triplicar la venta de juguetes en el mercado extranjero”
Troche aseguró que los juguetes de la empresa son muy valorados en Alemania, donde la gente sabe apreciar los materiales hechos a mano.
Es con ese objetivo que en los siguientes cuatro años la fábrica incrementará su producción a 60.000 juguetes para el mercado interno y 250.000 la oferta dirigida al extranjero.
Para alcanzar ese propósito, Anatina Toys logró que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) confiara en el proyecto y canalice un préstamo de 600.000 dólares a fondo perdido.
Para el 2012 la factoría espera contar con 50 talleres de trabajo y generar más de 400 empleos directos y consolidar la producción esperada.
Según Troche, ese año la empresa ya no necesitará de la participación de la industria cementera, las acciones pasarán a manos de los artesanos y Soboce habrá cumplido su misión social de haberlos apoyado en su transformación en empresarios.
Agregó que las perspectivas del mercado externo son favorables para este tipo de emprendimientos y en lo que va de su existencia Anatina Toys ha demostrado calidad y competitividad y se ha ganado la admiración .
La diferencia radica —dijo— en que la juguetería trabaja con materia prima noble y certificada, cumple con los estándares de exportación CE de Europa y AST de Estados Unidos. “El valor agregado del trabajo artesanal es la principal diferencia con los juguetes provenientes del Asia”.
Anatina Toys fue presentado como modelo en la Semana Mundial del Emprendedorismo, del 17 al 23 de noviembre.
Francisco ayuda a su familia con la empresa
Francisco Anzaldo tiene 10 años de matrimonio y es padre de tres pequeños, de ocho, cinco y tres años, respectivamente, y es uno de los 140 artesanos que trabaja al interior de Anatina Toys y que el 2005 se inscribió para participar de la convocatoria de la Sociedad Boliviana de Cemento (Soboce) para elaborar 100.000 juguetes.
“Hace cuatro años incursioné en el trabajo con la madera, me interesó mucho entrar al rubro de artesanías principalmente, por ese tipo de línea productiva que asumí, tome contacto con la Sociedad Boliviana de Cemento (Soboce), con el proyecto de los 100.000 juguetes, me postulé y ahora estoy trabajando con Anatina Toys”.
Explicó que incursionó en esta actividad porque en el mercado no habían muchos talleres que hagan artesanías, especialmente una que elabore juguetes en madera, una rama de la carpintería poco trabajada y difundida. “Trabajando con Anatina Toys hemos creado una cultura emprendedora. Aprendimos a producir con calidad, oportunidad, puntualidad y sobre todo responsabilidad… es cuestión de actitud”.
“Desde un principio, ha sido una experiencia muy enriquecedora, con el apoyo y asesoramiento de los técnicos hemos podido mejorar nuestro producto, los procesos de transformación y la selección del material”.
Es por eso que Anzaldo considera que la fábrica aún tiene un futuro promisorio porque hay un mercado de exportación y la mano de obra de sus compañeros artesanos es calificada. Además, la empresa cuenta con los medios necesarios para hacer un trabajo responsable y sostenido.
Testimonios de artesanos
Anatina Toys se origina con la campaña “De manos bolivianas para niños bolivianos” (2003-2005). Éste es el testimonio de dos de sus trabajadores que gracias a este emprendimiento pueden sostener sus hogares.
Taller Artesanía
Propietaria: Justina Córdova Higueras. Potosina, casada, madre de cinco hijos. Tiene cinco empleados.
“Comencé a trabajar con poca producción, con 250 muñecos al mes, esa época mi trabajo no tenía los requisitos de calidad para exportación. Fue así que Anatina Toys nos capacitó en el manejo de talleres, en control de calidad y en costura. De esa manera comencé a producir más, de 250 a 500 unidades. Ahora estoy produciendo 2000 juguetes. En este tiempo he adquirido maquinaria y tengo más empleados; antes trabajábamos mi hijo y yo, ahora tenemos cinco empleados. Yo producía para vender lo que el comprador pedía, uno o dos al mes, ésa era mi producción. Ahora tengo trabajo seguro y estable. Mes a mes tenemos la producción y en grandes cantidades, además con todos los requisitos para exportación.
“Todos los talleres que trabajamos con Anatina estamos agradecidos, tenemos una fuente de trabajo permanente, la satisfacción de trabajar y nuestros ingresos económicos han mejorado notablemente”.
Taller Juanitos Muebles
Propietario: Juan Cutipa, paceño, casado, padre de tres hijos. Tiene tres empleados. “Estamos trabajando hace tres años con Anatina Toys, anteriormente producimos el tractor arenero y ahora estamos haciendo Boby, el marinero. La primera vez hicimos 2500 unidades en varios lotes, ahora 800 juguetes. Anatina Toys exige calidad, pero también cantidad, entonces nos hemos capacitado para mejorar nuestro trabajo y así tener un producto para exportación”.
“Desde mis 15 años trabajo en distintos talleres, pero como microempresa estoy ya trabajando 10 años. Somos una familia de 4 personas y hemos contratado 3 más. La organización había sido importante, como tener maquinaria adecuada. Tratamos de que la organización del taller sea buena, tanto en acabado como en maquinado”.
Más datos
La empresa es un emprendimiento de la Sociedad Boliviana de Cemento (Soboce).
Se trata de la primera empresa nacional de juguetes artesanales.
Su producción se oferta en las principales tiendas de juguetes del país y de Alemania.
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