lunes, 7 de agosto de 2017

Industriales ven 8 señas de un atenuado crecimiento



Preocupada por los posibles efectos de una mayor contracción de la economía boliviana, la Cámara Nacional de Industrias (CNI) considera que Gobierno y empresarios deben trabajar juntos para hacer frente a ocho señales “preocupantes”.

Con datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), a junio de 2017, la CNI analizó la situación en un documento al que llamó “La industria manufacturadora en el contexto de la desaceleración económica”.

Ya a mediados de 2016, el Ejecutivo admitió la relentización del crecimiento. En su informe de agosto de ese año, el presidente Evo Morales indicó que “el año pasado (2015) crecimos 4,9% gracias al mercado interno. Hoy (2016) estamos creciendo 4,2%. (...) Si fuera por los precios internacionales (de las materias primas) estaríamos mal, pero Bolivia tiene dos motores: exportaciones cuando estaban en buenos precios y ahora que éstas se han ralentizado un poco, el mercado interno nos está manteniendo”.

Días después, el vicepresidente Álvaro García recordó que un situación similar se presentó en 2008 y que ello dejó enseñanzas. “El presidente Evo tomó la decisión de invertir en un programa de emergencia en la exploración de hidrocarburos, exportación de energía eléctrica, petroquímica y litio junto a otros temas como la expansión de la frontera agrícola para la exportación de la alimentos”, refirió García sobre las acciones asumidas para inyectar mayor dinamismo a la economía.

La primera de las ocho señales de la contracción económica sobre las que alertan los industriales tiene que ver con el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB); el informe toma como referencia 2013, año a partir del cual se reporta una reducción: del 6,8% al 4,3% en 2016. La causa, según los empresarios, es la caída de los precios de los comodities (materias primas o bienes primarios) en el mercado internacional. En todo caso, en su informe a la nación del 22 de enero, Morales dijo que con ese 4,3% Bolivia ocupa “el cuarto lugar en crecimiento real del PIB” en América Latina y el Caribe.

En cuanto a la inflación moderada (señal 2), para 2010 ésta era del 7,1%, en 2016 terminó en 4% y a junio de 2017 llegó a 0,14% (cuando a junio del año pasado era del 2,27%). Para la CNI la cifra refleja el enfriamiento de la economía y la caída en la demanda de bienes y servicios de las empresas.Un tercer signo de la contracción —exponen— es la caída de las reservas internacionales (RIN), de $us 15.123 millones en 2014 a 10.081 millones en 2016 (aunque a junio de este año ya habían alcanzado los 10.306 millones).

Sobre el tipo de cambio (cuarta señal) advierten que de 2011 a la fecha éste se mantiene invariable (Bs 6,96 por dólar); si bien ello muestra la solidez del boliviano, “países vecinos han devaluado sus monedas, entre ellos Brasil, Argentina, Chile y Perú, y el resultado es que Bolivia perdió competitividad para sus productos en exportaciones”.

Acerca del déficit en la balanza comercial (5), es decir lo que Bolivia importa versus lo que exporta, la tendencia es decreciente desde 2015, y una comparación entre los periodos enero-mayo 2016 y enero-mayo 2017 muestra que la situación empeoró.

En lo referido a la balanza fiscal (6), es decir la relación entre los gastos del sector público y los ingresos, los datos muestran un déficit desde 2014 y para 2017 se estima un déficit programado del 6,5%. Para la CNI esto significa que hay menor gasto público en consumo de bienes y servicios de parte del Gobierno, gobernaciones, municipios y universidades, lo que repercute en cierto nivel a las ventas de las industriales y otros sectores de la economía.

La liquidez del sistema financiero (7), que explica la diferencia entre depósitos y créditos, también se ha estrechado entre 2015 y 2016 a razón de $us 4.884 millones y 2.564 millones, respectivamente. Y a junio de 2017 ya va por 1.717 millones. Los empresarios dicen que esto implica una menor disposición de recursos para realizar transacciones económicas a nivel familiar y empresarial.

Finalmente, alertan de los índices de desempleo (8) que para 2016 subió a 4,1%, cuando en 2015 marcó 3,5%. Los privados apuntan a que los incrementos salariales decretados de manera inconsulta con el sector y las políticas de desvinculación laboral inflexibles son un obstáculo para generar más fuentes de trabajo.

Por esas razones, el presidente de la CNI, Horacio Villegas, pidió que el Gobierno incorpore a los empresarios en la discusión de políticas como el alza salarial, lucha contra el contrabando, regulación al sector formal, y asuntos tributarios, “a fin de impulsar la actividad industrial en el actual contexto económico y generar un buen clima de negocios para que las industrias no mueran”.

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