domingo, 22 de enero de 2017

No se aprovecha la bonanza de los precios

La bonanza en los precios de las materias primas no pudo ser aprovechada de manera óptima, la política económica no pudo encaminar la diversificación de la economía a través de una adecuada gestión de proyectos de corto, mediano y largo plazo, afirmó el economista Alfredo Mansilla Heredia.

Destacó también el tema de la inclusión que, según el Gobierno, es de por lo menos dos millones de personas a la clasificación de la clase media, “renombrando los procesos migratorios campo ciudad, que no permiten garantizar seguridad con soberanía alimentaria y preservación ambiental. Asimismo, destacamos el colapso de los sistemas de agua potable y alcantarillado que ratifican el incremento de los niveles de pobreza”.

El economista señaló que el Gobierno se ha equivocado, pecando en un mal manejo de indicadores que no han sido cotejados en el concepto de normalidad.

La política económica monetaria se ha caracterizado por aumentar el circulante en moneda nacional con respaldo del incremento de las reservas internacionales netas que hasta el año 2014 llegaron aproximadamente a ser de 15.000 millones de dólares, equivalentes a un 40 por ciento del Producto Interno Bruto.

El mantener un tipo de cambio fijo y la acumulación de dólares que han respaldado la emisión de masa monetaria en moneda nacional por parte del Banco Central ha permitido bajar las tasas de interés para el acceso al crédito que no ha demostrado incremento de los niveles de educación financiera para dinamizar la inversión global.

El doble aguinaldo constituyó una medida interesante para acelerar las transacciones comerciales, con el complemento de la emisión de bonos de tesoro que han equilibrado y controlado el tema inflacionario. “Importante elemento de ilusión monetaria”.

Bolivia ha tenido mejoras en los niveles de inversión pública, destacando que en el modelo neoliberal el promedio de las mismas no superó los 500 millones de dólares y en el modelo de economía plural la fluctuación de 5.000 a 6.000 millones de dólares a precios corrientes y sin deflactar en franco respeto al principio del valor del dinero en el tiempo con su respectivo poder adquisitivo, puntualizó Mansilla.

Agregó que el Gobierno es centralista y el indicador se encuentra en el manejo de los fondos del Programa Bolivia Cambia, que no tiene control y se encuentra a cargo del Ejecutivo.

“En la gestión de proyectos en todos los niveles de Gobierno, la población tiene dudas sobre la calidad de las obras”.

El Gobierno incrementó el endeudamiento público, privado y externo. Tomó dinero del ahorro previsional y la relación beneficio costo no ha sido demostrada partiendo de un proceso de planeación sistémica y la gestión de proyectos.

En el tema marítimo hemos tenido un discurso que ha comprometido la causa de una salida soberana al mar, aunque sin trabajo real en temas de integración económica.

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