martes, 3 de enero de 2017

“La industrialización no ha sido resultado de la sustitución de un modelo productivo ineficaz por otro más eficiente”



Juan Luis Gantier, sucrense, administrador de Empresas, completó su formación profesional realizando Cursos de Planificación Regional, de especialización en Economía del Sistema Agrolimentario, y de Planificación Microregional.

Ocupó importantes cargos, sobre todo, en el ámbito empresarial; por ejemplo, la Presidencia de la Cámara Hotelera de Sucre y la Secretaría Ejecutiva de la Federación de Empresarios Privados de Chuquisaca. Luego, fue vicepresidente del Comité Cívico de Intereses de Chuquisaca y diputado por la Circunscripción 1.

En esta entrevista con CAPITALES, hace un balance del año en materia económica, cuestiona las políticas públicas pero también reflexiona autocríticamente sobre el papel de los chuquisaqueños en cuanto al desafío de su propio desarrollo.

CAPITALES (C). ¿Cuál es su balance general del año en cuanto a la gestión de la economía por parte del gobierno de Evo Morales?

Juan Luis Gantier (JLG). No obstante el crecimiento, hay indicadores precisos del deterioro de la economía: la balanza comercial desde hace dos años es negativa, los ingresos provenientes de las exportaciones han caído por la baja de precios y cantidades de producción. Esto tiene sus efectos en la distribución de IDH y regalías, que son el sustento de municipios y departamentos.

Las importaciones son superiores a las exportaciones, sin embargo, más allá de lo perjudicial de esta situación para nuestra balanza de pagos, lo preocupante es la composición de este rubro, ya que sirven en buena parte para comprar bienes de consumo en desmedro de los bienes de capital —que son los relacionados con el incremento de la capacidad productiva—, por lo cual, como algunos economistas han destacado, existe un cierto proceso de desindustrialización.

Para paliar esta situación el Gobierno está usando las reservas internacionales, procura incrementar la inversión en las obras públicas y en un programa denominado “de industrialización” pero ineficaz, plagado de denuncias de corrupción, en rubros en los cuales el sector privado es mayoritario pero en los que, en lugar de complementarlo, lo está desplazando… en un simple traspaso de propiedad.

Uno de los pocos rubros que mantiene su dinamismo es el de la construcción. Esto gracias al flujo de recursos públicos que a su vez se mantienen gracias a la disminución de nuestras reservas; son dirigidos a los allegados del régimen a través de contrataciones directas y otros procedimientos discrecionales.

C. Han pasado 11 años de gobierno, se acabó la bonanza y el país continúa con una matriz económica que fuerza a depender de los precios internacionales de las materias primas. ¿Es posible salir de la pobreza, crecer y desarrollarse en estas condiciones?

JLG. No creo que sea posible porque no hemos sabido aprovechar la etapa de bonanza para superar la trampa histórica, que son las etapas de avances y retroceso cíclicos, las épocas de auge que rápidamente se convierten en crisis cuando cambian las condiciones internacionales.

El problema central no son solo las bajadas y subidas de los precios, sino nuestra tecnología rudimentaria que genera poca competitividad por falta de capital; por otra parte, nuestra escasa capacidad de diversificación. Esta situación, a mi entender, tiene por lo menos tres causas:

1.- La anunciada industrialización no ha sido el resultado de la sustitución de un modelo productivo ineficaz por otro más eficiente, sino que se ha centrado básicamente en el desplazamiento del sector privado mediante el traspaso de propiedad de lo privado a lo público manteniendo las mismas o peores ineficiencias. Ha sido un proceso de destrucción no creativo, porque se destruyó lo anterior y en su lugar no se pusieron las condiciones para despegar.

2.- La etapa de bonanza sirvió para ampliar la capacidad de consumo suntuario de los sectores privilegiados de antes y de la nueva clase dirigente; pero no fue contundente como para ampliar las condiciones de mercado interno, a partir de cambios drásticos en el desarrollo agrícola o la industria.

3.- El Gobierno incrementó con creces su capacidad de gasto y la mantención de un tipo de cambio fijo; pero, apartando discursos, las políticas fueron tímidas porque paralelamente no se construyeron las condiciones institucionales de seguridad jurídica, apertura de mercados, tipo de cambio, etc., que acompañan todo proceso industrializador.

C. El Gobierno apuesta tanto a la inversión pública como a la privada. Con relación a la primera, Chuquisaca recibió este año 276 millones de dólares (4% del total nacional), ocupando el séptimo lugar en el país. ¿Qué opina al respecto?

JLG. Que como en todo modelo asimétrico, donde la fuerza del desarrollo está en otros sectores del país, Chuquisaca va perdiendo población y ante la ausencia de otro tipo de políticas redistribuidoras, naturalmente un departamento pequeño como el nuestro resulta doblemente penalizado.

Doblemente porque el Estado, en lugar de compensar por el hecho de que las inversiones privadas se escapan a mercados más vigorosos, con políticas más contundentes, carece de políticas compensatorias en el campo de las infraestructuras, educación u otros, que permitan la dinamización de sectores y regiones más pobres.

Sin embargo, esto no disminuye la responsabilidad de utilizar de manera eficaz nuestros recursos; aspecto en el que nos aplazamos porque sigue primando la visión de fragmentar recursos para obtener rédito político en el corto plazo. Esto se observa claramente en los planes de desarrollo departamental: carecen de una visión integral que permita la convergencia de acciones. En Chuquisaca cada institución va por su lado y el esfuerzo productivo no va acompañado de cambios drásticos en la calidad de la educación, la tecnología, etc. La calidad de los maestros, el estado de la Universidad, son aspectos estratégicos que carecen de la fuerza necesaria.

El problema es la total dependencia de los impulsos del Gobierno central, al que parece que le hubiéramos entregado toda nuestra iniciativa a cambio de algunas dádivas.

C. Con relación a la inversión privada, se advierte una tendencia al crecimiento y, por otro lado, un acercamiento entre el Gobierno y el sector privado a nivel nacional. ¿Nuestro departamento se encuentra bien perfilado de cara al futuro inmediato si pensamos en el desarrollo empresarial?

JLG. Más bien al contrario, la inversión privada es muy débil en el país, se observa que ha sido desplazada por la inversión pública que asigna recursos con mucha discrecionalidad en los estudios de factibilidad, licitaciones y otros.

El sector privado, a no ser aquel agroindustrial que ha negociado cuotas del mercado interno con el Gobierno, es el gran ausente de las inversiones, porque ha perdido mercados como por ejemplo el de Estados Unidos, desperdiciando el tiempo con una política de relaciones exteriores centrada en acuerdos intrascendentes como, por ejemplo, con Venezuela.

C. Tras su paso por la Cámara de Diputados, usted retornó a la actividad empresarial dentro del sector del turismo. ¿Cree que están dadas las condiciones para que el emprendedor chuquisaqueño apueste decididamente a este rubro, el que —dicen los entendidos— podría ser el motor de la economía departamental?

JLG. Por supuesto que el turismo puede constituirse en una de las actividades de arrastre más importantes; sin embargo, será muy difícil que el sector pueda ejercer ese rol, si no hay una mejora integral de las condiciones de vida en la ciudad.

Es decir: no se gana nada, o muy poco, con acciones aisladas como por ejemplo inaugurando un mejor aeropuerto —cosa que actualmente está en duda— o restaurando uno que otro templo, si no se mejoran las condiciones generales de calidad de vida: buenos y suficientes servicios en calidad y cantidad de agua, limpieza, ornato, medio ambiente, junto con la necesidad de una planificación urbana buscando el crecimiento ordenado y equilibrado de la ciudad.

Sin agua suficiente para satisfacer necesidades de consumo humano como para el desarrollo productivo, no hay posibilidades de crecimiento armónico sustentable. También es urgente aplicar leyes municipales para incentivar la protección del patrimonio arquitectónico.

C. ¿Qué políticas recomendaría a las autoridades departamentales y municipales para dinamizar el turismo y, por ende, la economía regional?

JLG. Mejorar la infraestructura urbana; fomentar la operación de empresas mayoristas y de aerolíneas que vinculen a Sucre con mercados regionales del turismo de los países limítrofes; promoción del turismo interno.

También intervención en la política universitaria, incursionando en carreras relacionadas con la biología, con nuevos materiales y con otros rubros que son el puntal del nuevo proceso de cambio tecnológico. Estudio y aprovechamiento de cuencas, para el desarrollo agrícola. Creación de nuevas fuentes energéticas.

C. La estabilidad económica ha sido hasta ahora una plataforma política importante para el MAS. Los analistas prevén tiempos difíciles. ¿Cree que esto vaya a cambiar el panorama político del país?

JLG. Los que creen que un gobierno autoritario es la mejor arma para precautelar la estabilidad conseguida, están equivocados. Cabalmente el incumplimiento de la ley producida por los tiranos es la fuente de turbulencias y convulsiones sociales.

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