martes, 22 de diciembre de 2015

Avícolas aprovechan Navidad para llevar el sabor del pavo a la mesa



Ahumado, al horno, frito o a la parrilla, el pavo va ganando poco a poco un lugar en los hogares bolivianos, especialmente durante las fiestas de fin de año, cuando las avícolas lo ofertan como una alternativa saludable para la preparación de la cena.

En países de Norteamérica y Europa, este alimento —preparado al horno (con o sin relleno), asado, cocido a fuego lento, frito, ahumado, a la parrilla o en estofado, y servido con verduras, papas dulces, puré de manzana y salsas—, es el invitado de honor en las mesas de las familias que celebran festividades como el Día de Acción de Gracias y Navidad.

En Bolivia, donde la tradición manda a preparar para la cena de Nochebuena una cazuela de res en los departamentos de oriente y una picana de cuatro carnes en los de occidente, el pavo ha conseguido un modesto pero interesante lugar en el menú, en particular en época navideña.

La empresa que lleva más tiempo comercializando este producto en el país es Santa Rosa, avícola que cría los ejemplares en sus propias granjas y los comercializa en diversas presentaciones durante todo el año. Para la temporada festiva de este fin de año prevé vender decenas de miles de pavos, enteros o por partes.

MERCADO. “Este año nuestras ventas crecerán entre 5 y 6% (...). Tenemos planificado comercializar unos 170.000 kilos de pavo, lo que representa entre 25.000 y 30.000 aves”. El mercado para este alimento “está aumentando año tras año”, afirma Lorena Grossbergerg, gerente comercial de la compañía valluna, que cuenta con sucursales en Cochabamba, La Paz y Santa Cruz, y distribuidores autorizados en el resto del país.

La avícola Santa Claus se alimenta de la misma demanda desde hace nueve años. La empresa importa pavitos recién nacidos de Chile y Perú y los cría durante 90 y 120 días en sus granjas en Santa Cruz. “El año pasado llegamos a vender 3.500 aves y este año estamos faenando 5.000 que venderemos crudos o ahumados”, cuenta Norah Pérez, gerente propietaria de la empresa que comenzó su trabajo importando 1.200 pavipollos y que hoy tiene como principales mercados a la capital cruceña, La Paz, Cochabamba, Tarija y Trinidad. “En época de Navidad hago el 90% de mis ventas (...). Cada día que pasa tengo nuevos pedidos. Este mes, la gente demanda más el producto”, señala Pérez, quien precisa que por lo general los consumidores lo adquieren entre los días 20, 21 y 22.

“El consumo de pavo se ha incrementado con respecto a los años anteriores debido a la búsqueda de opciones más saludables por parte del consumidor, y esta carne se caracteriza por ser blanca, magra y suave. Además, actualmente se tiene mayor información de cómo prepararlo y servirlo”, explica Thomas Kühnel, gerente de Marketing de Sofía, empresa que ofertará 16.000 pavos este año y que desde 2012 registra crecimientos de dos dígitos en sus ventas de este alimento.

Tras el faenado, todas las empresas proceden al envasado y distribución. Cadenas de supermercados nacionales y locales como Ketal (La Paz), IC Norte (Cochabamba) y Slan (Santa Cruz) se encargan de hacer llegar el producto al consumidor final.

Ketal, por ejemplo, tiene el producto en sus salas de exhibición, “a la vista de los clientes”, desde octubre. En ese mes y en noviembre se vende poco con relación a la demanda que hay en días previos al 24 de diciembre, indica Marco Aráoz, responsable de Alimentos Perecederos de la empresa, que en esta gestión ofrece productos de Santa Rosa y Sofía y que registra sus mayores ventas en la zona Sur.

“El año que nos fue mejor fue en 2012, cuando se llegó a vender 7.500 kilos, lo que representa unos 1.200 pavos” de entre 5 y 7 kilos.

COMERCIALIZACIÓN. En 2013, la oferta de este alimento cayó a 5.700 kilos (unos 950 pavos)—tras la salida del mercado de la empresa San Fernando y por los problemas con la importación de pavipollos de otra marca nacional—, volumen que subió a 6.650 kilos (1.100 unidades) el año pasado y que se prevé llegará a 7.300 kilos (1.150 unidades) en esta gestión, sostuvo el ejecutivo de Ketal.

Los precios varían según la marca. Sofía comercializa el kilo a Bs 50 en promedio, Santa Rosa a Bs 56 o 60 —dependiendo del lugar— y Santa Claus a Bs 45 o 50.

El peso de los animales está entre 4 y 8 kilos, aunque en otros países puede llegar a los 20. En comparación, el precio del kilo de pollo en el mercado nacional es de al menos Bs 14, el de cerdo de Bs 27 y el de res de Bs 40. “La gente está dispuesta a pagar por este producto (el pavo), principalmente en este mes, porque es saludable a pesar de que sea un poco costoso”, asevera Grossbergerg.

La carne de este animal tiene reputación y un sabor muy particular. En los últimos años se han creado cientos de recetas y técnicas basadas en ingredientes regionales que le dan muy buen gusto y una apariencia deliciosa.

Santa Rosa, que durante sus 50 años “ha ido descubriendo qué es lo que el cliente quiere”, le facilita a sus clientes la forma de cocinar este alimento regalándoles junto a cada compra un práctico recetario, una bolsa y un termómetro de cocción para que el “pavo salga del horno dorado y jugoso”. Así, “la Nochebuena será un éxito, porque esta ave será el centro de atención en la mesa, se verá muy bonita y será parte de una rica cena”, sostiene Grossbergerg.

Según información del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, la producción de este animal en Bolivia “no es objeto de estudio” por ser ésta muy baja.

Cálculos a 2012 de la empresa Santa Rosa indican que ese año el consumo per cápita de carne de pavo en el país llegó a los 15 gramos, muy por debajo de las cantidad de pollo (35,52 kilos) que el boliviano comió en promedio el año pasado. De acuerdo con datos del Ministerio de Agricultura y Riego de Perú, cada peruano ingirió 1 kilo de carne de pavo en 2014, mientras que los brasileños comieron 2, los canadienses 4,2 y los estadounidenses 7,5.

El Instituto Boliviano de Comercio Exterior reporta que, en el periodo 2010-2014, el volumen de las importaciones de carne de pavo se incrementó en 18%, mientras que el valor aumentó en 212,3%. El volumen pasó de 144.713 a 170.648 kilos, mientras que el valor aumentó de $us 217.513 a 376.534. De enero a octubre de este año, la cantidad internada llegó a 73.608 kilos y el valor a $us 376.534, aunque aún falta el registro de los meses en los que más demanda hay del producto.

“El siguiente año incrementaremos nuestra producción en aproximadamente 30% debido a la gran aceptación y a la demanda que tienen nuestros pavos”, afirmó la propietaria de Santa Claus.

Una carne magra y con muchas propiedades

La carne de pavo es una de las más saludables para el consumo humano por su alta cantidad de proteínas y bajos niveles de grasa, según empresas avícolas que destacan los beneficios de este producto, que busca convertirse en uno de los protagonistas de las fiestas de fin de año.

Lorena Grossbergerg, gerente comercial de Avícola Santa Rosa, resalta que al tratarse de carne magra tiene bajos niveles de calorías. “Está, más o menos, al nivel del pescado y con sus mismas cualidades nutritivas”.

Norah Pérez, gerente propietaria de Santa Claus, resalta por su parte los valores nutritivos de este alimento. “Es bastante recomendable para la salud”, sostiene.

Esta carne es fuente de proteínas, vitaminas del grupo del complejo B como la B1, B3, B5, B6, biotina, B12 y el ácido fólico, y de minerales como el fósforo, el potasio, el magnesio, el hierro y el zinc, según información de BBC Mundo.

BENEFICIOS. Estas cualidades permiten que el pavo colabore en dietas para bajar de peso; ayude a prevenir enfermedades cardiovasculares y el envejecimiento celular; contribuya a mantener al sistema nervioso, huesos, músculos, uñas y cabellos sanos; favorezca la hidratación y mejore la salud de la piel (contiene abundante agua); y estimule el sistema inmunológico.

Este alimento, fácil de digerir, es recomendable para personas con anemia y puede ser consumido por pacientes con gota o con el ácido úrico alto, según datos del grupo internacional multimedia.


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