domingo, 7 de junio de 2015

Chocolates Taboada, una fábrica con secretos

La fábrica de Chocolates Taboada, recientemente distinguida por la Asamblea Legislativa Departamental de Chuquisaca como “Empresa pionera en el rubro del chocolate”, adquiere tecnología de punta para ampliar su producción de acuerdo con la evolución del mercado y la demanda de sus clientes, manteniendo su pureza y calidad luego de 67 años de trabajo continuo.

El aprecio por estos chocolates es tan grande que los propios consumidores se encargaron de crear, hace muchos años, una sentencia ingeniosa: “Si fuiste a Sucre y no probaste los chorizos y los chocolates Taboada, es como si no hubieses estado allí”.

Una industria pionera
Al ser la primera industria y la única que perdura después de 67 años en Bolivia, Taboada creó la tradición del consumo de chocolate e impulsó indirectamente a que Sucre sea conocida como la “Capital del Chocolate”, según comenta el actual gerente propietario de la empresa, Carlos Enrique Taboada.

Por esta razón, precisamente, la Asamblea Legislativa chuquisaqueña honró el 25 de Mayo pasado a Chocolates Taboada con dicha distinción. Entre otros reconocimientos, el 24 de agosto de 2005 se realizó un homenaje póstumo a Jorge Taboada Moscoso, a quien se le concedió la medalla Juana Azurduy de Padilla.

La producción
Hoy en día, esta fábrica transforma 44 toneladas mensuales de cacao en una gran variedad de productos muy apreciados por los consumidores de todas las edades, tanto a nivel local como nacional. Su gerente adelanta a ECOS la próxima adquisición de tecnología de punta para ampliar la producción, en concordancia con la evolución del mercado y la demanda de los clientes.

“En diferentes periodos algunos extrabajadores de Taboada crearon otras fábricas de chocolate, fracasando en el intento de imitar nuestro producto. Estuvieron vigentes durante algunos años pero, finalmente, cerraron. Taboada tiene recetas y secretos de fabricación celosamente guardados por la familia”, afirma el empresario.

En sus 67 años de vida muchos empleados pasaron por la fábrica, que actualmente tiene casi un centenar de ellos. “Aunque la cantidad de trabajadores no refleja el tamaño de la empresa”, aclara Taboada.

La historia
Jorge Taboada Moscoso, padre del actual gerente, fue el gestor de la fábrica. Había adquirido el gusto por el chocolate gracias a su abuelo, José Napoleón Taboada, un hombre de negocios y muchos recursos económicos que tenía el hábito de tomar todos los días chocolate caliente francés. Muchas veces sentaba en sus faldas a su hijo Jorge para que lo acompañase en la degustación.

Cuando Jorge llegó a la adultez decidió hacer realidad su sueño de niño e incentivó a sus hermanos José, Gastón y Carlos, así como a su madre, para que se animaran a inaugurar una fábrica de chocolates.

Con este fin alquilaron una casa, ubicada en la calle Estudiantes, frente a las oficinas centrales de la Universidad San Francisco Xavier, donde empezaron a trabajar el 2 de enero de 1948, como una industria netamente artesanal, elaborando bombones.

El éxito que llegaron a tener fue tan grande que el 23 de noviembre de ese mismo año asistieron a una feria internacional en La Paz, donde obtuvieron el segundo lugar, laurel que incentivó a los Taboada a seguir adelante con su esforzado emprendimiento. De esta forma, convirtieron a la empresa en pionera en la fabricación de chocolates en Sucre y en Bolivia.

El emprendimiento familiar fue creciendo poco a poco, con la elaboración de distintos productos y el uso de maquinaria de fabricación local, al principio, dando trabajo a unas 20 personas.

El procesamiento
Taboada explica a ECOS que desde un primer momento empezaron a procesar el cacao que adquirían del oriente boliviano; luego, procedían con el sistema de limpieza, el tostado, descascarillado, la extracción de manteca y licor de cacao y con las combinaciones para el baño de chocolate.

Una de las principales características del trabajo de esta fábrica es la producción de un chocolate puro, una combinación de cacao, manteca de cacao, leche y azúcar, en distintas proporciones, presiones y temperatura. “Se nota que el chocolate es puro cuando se debe derrite al tacto. También se puede comprobar si es puro o no cuando primero se saborea el chocolate y luego se enjuaga la boca con agua tibia; no debe quedar una sensación grasosa”, explica.

Según el Gerente de Taboada, otras fábricas, para economizar en costos de producción, utilizan varias grasas sustitutas de la manteca de cacao, pues un kilo cuesta 11 veces más que un kilogramo de grasa sucedánea del cacao. Así, el chocolate deja de ser puro y se le quita propiedades del cacao como el aroma, el sabor, el color y otras incluso medicinales.

La maquinaria
El experto chocolatero recuerda que en la primera época de la fábrica toda la maquinaria, como la prensa extractora de cacao, las refinadoras, los molinos, tostadoras y descascarilladoras, fue producto de la habilidad de artesanos de Sucre y Oruro, a los que se les proporcionaban los modelos.

Con esa tecnología empezaron a diversificar sus productos; además de los bombones corrientes, fabricaban los tradicionales bombones a la crema, con distintos rellenos de frutas, sabores, colores y aromas, chocolate blanco (mantequilla de cacao con azúcar), amargo, combinado con leche, cocoa y chocolate para preparar en la cocina (hasta 1985, cuando ocurrió la relocalización, Taboada vendía a la COMIBOL entre 50 mil y 60 mil barras de chocolate mensuales). Asimismo, fabricaban artesanalmente hermosas cajas fantasía hechas con tela.

La modernización
Con el tiempo, a partir de los años 50 del siglo pasado, la empresa comenzó a adquirir modernas maquinarias alemanas e italianas, con las que elaboraron las clásicas tabletas de chocolate, azúcar impalpable, grajeas de maní, uvas pasas y almendras.

Los envoltorios y envases también se modernizaron; inicialmente eran de papel estañado que hacían traer de Inglaterra, pero después lo cambiaron por el polietileno.

Llegaron a tener una importante diversidad de productos, recalca Taboada, siempre manteniendo la pureza del producto semiartesanal y con identidad propia.

Los socios
Antes de 1997, cuando algunos socios dejaron la sociedad comercial, esta se transformó en Sociedad de Responsabilidad Limitada (SRL), y entonces quedaron como dueños de la fábrica los hermanos Jorge y José Taboada Moscoso y sus esposas.

Meses después, José Taboada y su esposa decidieron vender sus acciones, que fueron compradas por Carlos Enrique Taboada Bejarano (gerente desde 1988) y su esposa Sonia Lemaitre de Taboada. Las acciones del fallecido Jorge pasaron a manos de la madre de los hermanos Taboada.

Con el tiempo se integraron las hijas del matrimonio Taboada Lemaitre: Carla y Sonia, que le dieron un nuevo impulso a la fábrica con ideas renovadas.

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