jueves, 21 de mayo de 2015

Ante la escasez, la gente compra harina para elaborar pan casero



Tras el tercer día de paro de los panificadores de La Paz y El Alto, el pan de batalla desaparece y la ciudadanía opta por comprar harina de Emapa para elaborar el producto en sus hogares. La medida de presión comenzó ayer también en Oruro, Potosí, Chuquisaca y Cochabamba.

“Como no hay pan, todos estos días estábamos sin comer pan. Ahora he comprado harina y voy a hacer sarnitas en mi casa”, contó ayer la señora Asunta Choque, quien se trasladó desde la zona de Vinto Tinto para adquirir el insumo en la tienda de Emapa, situada en la calle Gallardo.

En tanto, en tiendas y puestos de venta de varias zonas de ambas urbes, La Razón pudo verificar que el pan de batalla desapareció, aunque algunos negocios particulares ofertan el producto en cantidades mínimas.

La carencia del alimento se registra en ambas urbes debido a que los planificadores de La Paz y El Alto ingresaron desde el lunes en un paro de 48 horas en rechazo a la eliminación del subsidio a la harina. Ayer, el sector se unió al paro nacional de 48 horas, excepto en los departamentos de Tarija, Santa Cruz, Beni y Pando.

Demanda. Choque señaló que fue toda una odisea comprar la harina porque en la tienda de la calle Luis Lara solo había el producto por quintal (4 arrobas) y lo mismo pasó en la calle Gallardo. Entonces, buscó a otras personas que querían comprar un quintal para luego repartirlo por arroba (11 kilos). Otras personas que estaban en esa calle preguntaban: ¿Usted quiere partirse un quintal de harina?

“Entre tres personas nos repartimos el quintal de harina debido a que el precio es más económico”, afirmó ayer la señora Jacqueline Caetano. La mujer que vive por la avenida 6 de Agosto indicó que decidió adquirir el insumo porque no hay pan y tuvo que comprar panes de las empresas panificadoras. “Estos días nos hemos aguantado de comer pan, pero ahora voy a hacer pan casero”.

La Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) vende el quintal de harina en Bs 150, un precio económico, según la gente, con relación a lo que se distribuye en el mercado donde el producto argentino está entre Bs 155 y Bs 170 y el nacional vale entre Bs 235 y Bs 255.

Por eso piden a la empresa estatal que expenda la harina por arroba, porque no todos tienen el dinero suficiente para comprar un quintal. Los ciudadanos expresaron su rechazo por un posible incremento del precio del pan de batalla y afirmaron que si se da la elevación, los precios de otros productos también subirán.

“No podemos permitir que el precio del pan de batalla suba porque la harina está barata”, dijo Nicómedes Soto, quien hacía fila para comprar la harina de Emapa para elaborar buñuelos y otros panes. Otro de los pedidos es que el Gobierno dialogue con los panificadores y solucione el conflicto que afecta a la gente.

Otros datos del problema

Provisión

En la sucursal de Emapa de la calle Luis Lara (San Pedro), la harina por quintal y por arroba se acabó ayer a las 11.30 porque hubo alta demanda. En la tienda de la calle Gallardo se indicó que la harina se vendió “como pan caliente”.

Alternativa

Pequeños productores proponen consumir pan elaborado de harinas integrales como maíz, tarwi, cañahua, avena harinas ricas en fibras, vitaminas y minerales, según Justino Loayza, de CIOEC.

Doble turno para conscriptos

En la unidad militar de la Policía Militar del Estado Mayor de Miraflores, los conscriptos elaboran a diario unas 6.000 unidades de pan sarnita en dos turnos. El segundo comandante del Regimiento Escuela Policía Militar Nº1 “Saavedra”, mayor Iván Orellana, informó ayer que cada día se producen 6.000 panes en esa unidad militar, bajo la supervisión de instructores. Detalló que el producto es elaborado por soldados que prestan su servicio militar en dos turnos.

Precisó que el primer turno comienza a las 03.00 para entregar el producto a las 06.00; y el segundo se inicia a las 17.00. Orellana indicó que el alimento es elaborado con harina que les entrega Emapa y se prepara en dos hornos industriales, los cuales tienen una capacidad de 220 panes cada media hora.

Resaltó que los soldados que producen el pan tienen experiencia en la panadería y con la labor perfeccionan sus habilidades. El conscripto Rubén Bellido (18) contó que tiene experiencia haciendo pan porque su papá era panadero. Dijo que la producción requiere de todo un proceso.

Los efectos del conflicto

Evangelina Ramos: Ama de casa

“He venido a comprar harina para hacer pan, pero en la tienda de Emapa de la Rodríguez se ha acabado. Nosotros no podemos todos los días hacer fila para comprar pan”.

Nicómedes Soto: Artista

“El único producto que no puede faltar en la mesa es el pan, debido a que se come en casi todas las comidas y no puede subir su precio porque afecta al bolsillo de todos”.

Jacqueline Caetano: Vendedora de salteñas

“El paro nos perjudicó pues no había pan, pero ahora compramos harina y vamos a hacer pan en las casas. Así haremos escarmentar a los panificadores que nos dejaron sin pan”.

Marina Alcón: Vendedora de pan

“En estos días no ha habido pan porque los panificadores están en paro. Esta situación me ha perjudicado porque no puedo vender pan. Por eso he tenido que comprar otros productos como higiénico, jabón y detergentes para ganar algo de dinero, sino no comemos en casa”.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario