domingo, 26 de abril de 2015

Sibarita trae 24 productos para darle sazón a la comida boliviana



Sibarita se ha convertido en sinónimo de sazonador, al menos en Bolivia. El producto ingresó al mercado nacional hace 37 años caracterizado por la figura de una cocinera afro con blanco delantal, hoy ya son 24 los productos que ofrece esta marca.

“He visitado muchas ciudades y pueblos de Bolivia y puedo decir que en las tiendas siempre he encontrado Sibarita”, explica con orgullo Nilton Paul Santa Cruz Villena, gerente general de la firma.

La marca se ha ido adueñando de la cocina boliviana con el paso de los años. Cerca de cuatro décadas avalan su prestigio y la presencia de aquella mujer afro en la alacena es casi irreemplazable.

El producto estrella es el sazonador ají panca sin picante en polvo. Ahora el sobre con el producto en polvo colorado trae 20% más en cada bolsa.

“Cada año, cada vez buscamos darle mejores productos y beneficios a nuestros clientes”, explica Santa Cruz. Por ello la diversificación es otro sello de esta firma peruana con sucursales en Chile, Estados Unidos, Bolivia y, obviamente, Perú. La materia prima es colectada de campos peruanos y las fábricas se encuentran en el vecino país. Sin embargo, no se descarta que en un futuro puedan instalar una procesadora en Bolivia.

“El mercado ha crecido y nuestra oferta también debe ir de la mano con las necesidades de la gente”, afirma Santa Cruz.

Y así fue, ahora Sibarita tiene 24 nuevas propuestas en el mercado, entre las que destacan el comino la pimienta y el palillo en polvo, además de ajo, tuco tallarín (extracto de tomates) y ají picante colorado y amarillo, todos en salsa. La misma característica tendrá el rocotín (locoto molido fresco), que irrumpirá en el mercado nacional en siete semanas más.

Los novedosos sazonadores en pasta —que se podrán reconocer con los nombres de Panquita, Amarillín y Ajos Siba— son prácticos ya que vienen listos para usar en la cocina, evitando el engorroso proceso de preparación de los mismos.

A éstos se suma el vinagre Sibarita, que lleva tres meses en el mercado. “Su procesamiento es 100% natural”, dice Santa Cruz. Las materias primas son tratadas en un proceso natural. Es decir que, según el caso, se dejan macerar las manzanas, uvas o caña.

Este producto viene en dos tamaños, de litro y medio litro, el primero cuesta Bs 9 y el segundo Bs 5. El beneficio es la garantía porque cada envase está avalado por las normas nacionales que aplica el Servicio Nacional de Seguridad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) y otras internacionales, sostiene Santa Cruz.

“El liderazgo de nuestros productos, arguye el ejecutivo, ha estado patentado desde el inicio de la empresa”. Unos 1.200 empleados están vinculados a Sibarita en cuatro fábricas emplazadas en cerca de 30.000 metros cuadrados. El baile de las cifras sigue: cada mes los sobres de Sibarita en las cocinas bolivianas se cuentan por millones, la empresa no registra un número exacto de ventas.

A diario, unas 30 personas se dedican a verificar los estándares de calidad del producto. Y en cuanto a la inocuidad, Sibarita cumple las certificaciones internacionales HACCP (que garantiza una gestión de calidad para la inocuidad de los alimentos) y BPM (relacionada con la calidad de las materias primas).

Lucha diaria contra la falsificación

Tres ambientes artesanales donde se fabricaban productos similares a los que ofrece Sibarita, pero de manera ilegal y empleando la conocida marca, fueron cerrados en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz el año pasado.

El producto final tenía bastantes semejanzas con el original, “pero poniendo a contraluz el envoltorio era posible ver menudencias y elementos extraños en el paquete”, cuenta Paul Santa Cruz Villena, gerente general de la empresa.

Funcionarios del Senasag y las intendencias de las tres ciudades cerraron las fábricas clandestinas y los falsificadores enfrentan procesos penales. “Sin embargo, se cierran algunas fábricas y ya sabemos que hay otras que se abren”, se lamenta Santa Cruz. El único “perdedor” es el consumidor final porque en el puesto de venta cada bolsita de Sibarita cuesta Bs 0,50. El producto trucho no cuesta menos, pero se vende más barato al por mayor o es parte de “combos”, advierte.

Origen de la palabra sibarita

Nombre

Nilton Paul Santa Cruz, gerente general de Sibarita, dice que el nombre está ligado a la experta en la cocina. Aunque “ahora hay más varones dedicados al arte culinario”, aclara.

Definición

En la Real Academia de la Lengua Española, Sibarita es “Dicho de una persona: Que se trata con mucho regalo y refinamiento”.


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