jueves, 9 de abril de 2015

Exportadores plantean un tipo de cambio diferenciado

Los exportadores cruceños plantearon al Gobierno estudiar la aplicación de un tipo de cambio diferenciado para el sector, considerando que las monedas de los países vecinos se depreciaron dejando a los empresarios bolivianos sin oportunidades de competir, señaló el presidente de la Cámara de Exportadores de Santa Cruz (Cadex), Wilfredo Rojo.

Analistas rechazaron la propuesta y señalaron que es contraproducente porque generaría distorsiones en la economía y un mercado negro del dólar.

“Hablamos con la ministra, Nemecia Achacollo, para que lleve esta nuestra petición y sugerencia al gabinete económico del presidente, Evo Morales, (de analizar) la posibilidad de hacer una modificación (…), una política de cambio que nos ayude a retomar esa competitividad o por lo menos igualar con respecto al valor del dólar. Lo que nosotros pedimos es que se mueva el tipo de cambio porque estamos quedando desfasados por un tecnicismo económico”, señaló Rojo.

Hizo notar que la devaluación interanual (de marzo 2014 a marzo 2015) con respecto al dólar, en el caso del real de Brasil, fue alrededor de 39 por ciento, del peso chileno cercana a 14 por ciento, del sol peruano fue de 10 por ciento, del peso argentino fue aproximadamente de 12 por ciento y del peso colombiano alrededor de 30 por ciento.

Por el contrario, en Bolivia el tipo de cambio se mantiene fijo desde noviembre de 2011. Cada dólar cuesta 6,96 bolivianos.

Como resultado, los precios de lo que se produce en Bolivia son elevados y no pueden competir con el precio de los productos de los vecinos, generando una caída en las exportaciones y el crecimiento de las importaciones, según el análisis de la Cadex.

El expresidente del Banco Central de Bolivia, Armando Méndez, calificó de “desacertado” el planteamiento y dijo que la medida es “desastrosa” pues genera distorsión en la economía.

“Es completamente errado, la experiencia demostró que cuando se empieza con un sector, otros quieren lo mismo. Venezuela es un ejemplo patético”, dijo, refiriéndose a que ese país, sumido en una profunda crisis económica, tiene tres tipos de cambio, y recordó que Bolivia vivió esa experiencia entre 1979 y 1980.

Añadió que no es ninguna solución y que “los economistas tenemos un amplio acuerdo de que es lo peor (que se puede hacer)”.

Menos drástico, el analista Carlos Hugo Barbery señaló que es evidente que los productores tienen problemas de competitividad, pero que es un aspecto integral que también incluye otros factores como los costos laborales, de logística o de transporte, por lo que no es acertado atribuirle la baja competitividad sólo al tipo de cambio fijo.

Dijo que se puede estudiar la aplicabilidad, pero con un estudio riguroso del riesgo y puso como ejemplo que Argentina perdió el 60 por ciento de sus reservas en un año porque al devaluar su moneda hubo una gran demanda de dólares.

Actualmente, ese país tiene dos tipos de cambio, el oficial y el dólar “blue”.

Añadió que la medida supondría poner “candados de seguridad” para que sólo beneficie a los exportadores y no genere un mercado negro del dólar.

Por su parte, el economista Carlos Schlink coincidió con Méndez en que la medida provoca informalidad y un mercado paralelo del dólar, por lo que no es aconsejable.

Sin embargo, señaló que “siempre tiene que haber devaluación porque el tipo de cambio fijo provoca problemas” y Bolivia debería seguir a sus vecinos y depreciar su moneda respecto al dólar, considerando los bajos precios internacionales.

“Se puede hacer una depreciación junto a otras medidas monetarias que controlen la banca o los depósitos para mantener los niveles de bolivianización”, apuntó.

Al respecto, el gerente general de la Cadex, Oswaldo Barriga, dijo que están dispuestos a trabajar con el Gobierno en una alternativa que no afecte a la economía nacional.

Otras propuestas

El analista económico de la Cadex, José Alberti, añadió que además del tipo de cambio diferenciado también se proponen al Gobierno otras políticas para mejorar la competitividad como el desarrollo de productos y servicios financieros como los “forwards” y “swaps” de divisas, que son una especie de seguro para cubrir el riesgo bancario; fomentar mecanismos de pago, como por ejemplo usando el Sucre (Sistema Unitario de Compensación Regional) adoptado por los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) o activar otro tipo de mecanismos de pago a través de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), y reducir la diferencia cambiaria para aminorar las pérdidas por operaciones de cambio.

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