martes, 13 de enero de 2015

Para sortear crisis, textileros y madereros piden créditos

El decrecimiento de las exportaciones del sector maderero formal de $us 67,3 a $us 60,7 millones hasta noviembre de 2014 y la escalada vertiginosa de las importaciones textiles de $us 47,6 a $us 52,7 millones, en igual periodo, pone literalmente a los forestales en un estado de ‘coma profundo’ y deja a los confeccionistas en un estado expectante condicionada por el tema financiero para sacar a ambos a flote.

Desde la Cámara Forestal de Bolivia, el gerente general, Jorge Ávila, explicó que la crisis que castiga al sector desde hace cuatro años tiene a las empresas formales en una situación de incertidumbre absoluta porque las condiciones económicas son precarias e insostenibles.

Argumentó que desde 2007 al 2014, todos los indicadores económicos y productivos del sector formal registran un declive. El registro de empresas concesionarias cayó de 89 a 20, el área de aprovechamiento forestal de seis a dos millones de hectáreas; entre 3.500 y 3.800 de las 16.000 unidades productivas, entre micro, pequeñas, medianas y grandes cesaron sus actividades en el último año; y entre un 12 y un 15% de los 80.000 empleos directos que generaba el sector se esfumaron.

Según Ávila, las exportaciones en el periodo 2010- 2014 se desplomaron de $us 120 a 70 millones, y las importaciones escalaron de $us 27 a 66 millones.

En su criterio, a partir de esta crisis interna se abrieron líneas de importación de productos brasileños y asiáticos que afectaron de manera directa a las industrias nacionales que producen láminas y tableros y a las micro y pequeñas carpinterías asentadas en El Alto, Oruro, Potosí, Cochabamba y Santa Cruz. “Las importaciones golpean a la industria nacional y a la mano de obra nacional”, dijo Ávila.

Refirió que el sector trabaja con el Gobierno en la perspectiva de articular una agenda público-privada que incluye un plan de salvamento al sector forestal nacional. “El sector maderero formal requiere financiamiento para reflotar y un producto financiero que se adecue a las necesidades del sector. Es decir, créditos a largo plazo, con tasas de interés módicas y con garantías no convencionales”.

Acceso a línea de crédito
El sector de las confecciones textiles también pasa momentos difíciles. Desde la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa de Bolivia (Conamype), el titular Víctor Ramírez indicó que el contrabando, el ingreso de ropa usada, la alta oferta asiática en el mercado interno y las importaciones tienen al sector en aprietos.

Dio cuenta de que al igual que los forestales, trabajan con el Gobierno para acceder a líneas de créditos -evitó dar el monto- para modernizar las líneas de producción de las 80.000 fábricas textiles que operan en el país. “Con créditos va a reflotar el sector”, dijo Ramírez

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