lunes, 19 de enero de 2015

Burocracia y regulaciones nublan el clima de negocios de este 2015



El sol aún no brilla lo suficiente sobre el clima de negocios en Bolivia pese al crecimiento de la economía, lo que mantiene al país en el penúltimo lugar de América Latina y el Caribe con normas apropiadas para promover el desarrollo empresarial, según el informe “Doing Business 2015”.“Doing Business”, una publicación insignia del Banco Mundial (BM), es un informe que mide las regulaciones que favorecen la actividad empresarial y aquellas que la restringen con indicadores que pueden compararse entre 189 economías y a través del tiempo.

Bolivia, según el documento, bajó este año del puesto 151 al 157 en la clasificación global para hacer negocios y se mantiene como el penúltimo país de Latinoamérica y el Caribe en el que las empresas comenzarían un negocio. El ranking mundial es liderado por Singapur, Nueva Zelanda y Hong Kong y el regional por Colombia, Perú y México. “Doing Business echa luz sobre lo fácil o difícil que es para un empresario local abrir y desarrollar un negocio pequeño o mediano a la hora de cumplir con las regulaciones pertinentes”, cita el informe.

DATOS. El BM incluye en la clasificación de 2015 un análisis sobre las regulaciones que afectan a diez áreas del ciclo de vida de un emprendimiento. Bolivia presenta un retroceso en siete de esas áreas, en el resto no registra cambios.

Entre las condiciones adversas para el país destacan el número de procedimientos para abrir un negocio, 15, cuando el promedio en América Latina y el Caribe es de 8,3; el número de días para obtener un permiso de construcción (275 en Bolivia y 178,3 en la región); el pago total de impuestos respecto al porcentaje de las ganancias (83,7% en el país y 48,3% en la región), el costo de exportación por contenedor ($us 1.440 en Bolivia y 1.299 en la región) y el costo de importación ($us 1.745 en el país y 1.691 en la región), entre otros.

La Razón envió un cuestionario al Ministerio de Economía para conocer la posición de las autoridades de esa cartera sobre el contenido de este informe, pero no recibió respuesta.

Luis Arce, titular de ese ministerio, dijo en reiteradas oportunidades que la Constitución “protege” el capital nacional y extranjero e invitó a los empresarios a invertir en sectores no estratégicos de la Economía de Bolivia como el turismo, el agro, la industria y los servicios, que no están sometidos a una “regulación estricta”.

El ministro, que permanece en el cargo desde el primer gobierno de Evo Morales (2006), destaca también que el año pasado se aprobaron las leyes de Promoción de Inversiones, que incluye disposiciones que incentivan el desarrollo empresarial, y de Servicios Financieros, que promueve el crédito productivo.

En el primer semestre del año pasado, la Inversión Extranjera Directa (IED) que llegó al país creció en 12,4% y se situó 1.021 millones, de los que el 78% se destinó a hidrocarburos y minería y el 15,6% a la industria, según datos del Banco Central de Bolivia.

Un informe de la CEPAL destaca que la inversión extranjera que llega a Bolivia se incrementó de $us 459 millones en 2009 (55% para recursos naturales, 37,4% para servicios y 7,6% para manufacturas) a $us 2.032 millones en 2013 (76,2% para recursos naturales —casi el triple del promedio regional, de 26%—, 15,6% para manufacturas y 7,9% para servicios).

El Gobierno calcula que el país cerró 2014 con un crecimiento del 5,9% —el primero en Sudamérica— y prevé para este año una expansión del 5,5% —el segundo en la región—.

Inversión pública y su efecto

Desde 2006, la economía boliviana ha pasado de $us 9.000 millones a unos 32.000 millones, un crecimiento impulsado principalmente por la inversión pública, que este año será de $us 6.179 millones, 37% más respecto a lo programado para 2014.

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