lunes, 15 de diciembre de 2014

56 recicladoras trabajan de forma ilegal en el relleno de Villa Ingenio



Al menos 56 recicladoras trabajan de forma irregular en el relleno sanitario de Villa Ingenio del Distrito 13 de El Alto. Ellas no cuentan con autorización y no cumplen con las normas de protección para manipular desechos, por lo que se exponen a cortes e infecciones en la piel.

El encargado del relleno sanitario, Andrés Gutiérrez, explicó que no existe ningún documento firmado que detalle si existe algún compromiso o acuerdo entre el gobierno local, la empresa y los vecinos de esta zona, para que estas personas lleguen día a día a este sitio para escarbar la basura.

“Ingresan al lugar, pero no tienen una autorización ni de la Alcaldía ni de la empresa operadora. Entran porque son de la comunidad”, afirmó.

En una visita, La Razón conversó con tres mujeres que hacían la separación de residuos en este botadero. Ellas admitieron que no existe ningún documento firmado como acuerdo o autorización para que ingresen allí.

“Lo hacemos porque ésta es nuestra forma de subsistencia, tenemos familias que debemos sostener con nuestro trabajo, hay mujeres que son madre y padre, y deben pagar los estudios de sus hijos, su alimentación y vestido”, argumentó una de ellas.

Todas las personas que ingresan al relleno sanitario para hacer el reciclaje viven en la zona. Son mujeres entre 22 y 60 años. Son unas 56, que trabajan por turnos, cada una de ellas remueve los escombros una vez cada cuatro días. Circuito. Se las puede observar con pasamontañas, botas, guantes y cubiertas con plástico para evitar mojarse con la lluvia; en un día soleado solo utilizan algunos overoles.

Una vez que las volquetas vacían los desechos en una de las celdas del basural, ellas se acercan de forma inmediata y comienzan a seleccionar, preferentemente, botellas de plástico o pet; también buscan madera, fierro y cuero, además de otros objetos que consideren que pueden ser reparados y reutilizados.

Un tractor esparce los escombros y luego los sepulta con tierra. El conductor no se detiene cuando ellas están en medio de la basura, no espera que seleccionen el material. Las mujeres lo hacen de prisa y se mantienen atentas a la llegada del motorizado. Cuando éste se acerca, se retiran con lo que lograron recoger y se dirigen hasta sus bolsas de yute, en las que guardan los objetos.

Por día logran llenar con material reciclado entre seis y ocho bolsas de yute. Éstas son apiladas a un costado de las plataformas formadas por el tractor. Cuando terminan la jornada, las llevan a sus viviendas, que están en la zona, para hacer una nueva selección y posterior venta.

Las mujeres que trabajan en el lugar dicen que el principal problema de salud que tienen son las cortaduras y las posibles infecciones que se derivan de ellas. Sin embargo, aseguraron que asisten con regularidad a los centros de salud para hacerse una revisión.

Pese a que ellas almuerzan a un costado del relleno, no se quejaron de infecciones estomacales; se lavan las manos con alcohol para comer.

Estas mujeres no van solas, sino que lo hacen con sus chanchos, que ingresan desde 16.00 hasta 06.00, todos los días. Eso sí, no llevan niños.

Sin muro perimetral

Por detrásLos vecinos y comunarios de Villa Ingenio ingresan al relleno sanitario por la parte posterior de éste, ya que no tiene muro perimetral. El área está cubierta por una malla olímpica, pero en algunos lugares tiene agujeros que permiten el paso.

Colina da charlas de normas de seguridad

La empresa Colina, que administra el relleno sanitario de Villa Ingenio, imparte talleres sobre seguridad e higiene a las mujeres que reciclan residuos en este sitio, explicó el jefe encargado, Andrés Gutiérrez.

“En el relleno sanitario hay una selección informal por parte de los vecinos de la zona; básicamente eso no está permitido, según las normas de seguridad industrial. Pero como ellos son de la zona, han ingresado por presión social, y para no tener problemas de ninguna índole lo que hacemos es orientarles sobre cómo deben protegerse y lavarse”, explicó.

Gutiérrez dijo que se les prohíbe que ingresen niños. “Por otra parte, no se les deja entrar así nomás, exigimos a su organización que ingresen protegidos y con pasamontañas, en vez de barbijos, y con otra indumentaria”.

La empresa Colina no tiene la obligación de realizar la selección y separación de los desechos en el relleno. Lo que sí está estipulado en el contrato firmado con la Alcaldía de El Alto es el tratamiento de los residuos, es decir, la compactación y la conformación de celdas. En el nuevo proyecto de manejo de la basura se ha previsto incluir la selección de residuos en el botadero.

El depósito sanitario tiene un año y medio más de vida útil

La Alcaldía tiene un nuevo terreno para el botadero y lo habilitará en 2015

El relleno sanitario de Villa Ingenio tiene un año y medio de vida útil más, afirmó el gerente general de la Empresa Municipal de Aseo de El Alto (Emalt), Álex Sánchez. Esta autoridad aseguró que desde el próximo año se realizará la adaptación del nuevo terreno, adquirido por la comuna para el traslado del botadero de la municipalidad alteña.

“Éste es el tiempo que le queda al terreno (donde actualmente funciona), luego debe pasar a una etapa de cierre y de recuperación del área”, detalló.Sánchez aseguró que se ha previsto para 2015 la realización del proceso de adaptación del nuevo relleno, cuya implementación costará cerca de Bs 6,2 millones.

La autoridad no quiso revelar el lugar donde estará ubicado el nuevo botadero, pero indicó que el predio se encuentra en etapa judicial. “Se hace la expropiación del terreno para tener el derecho propietario”.

Una vez que se cierre el relleno sanitario de Villa Ingenio, el predio que ocupa tardará 20 años en recuperarse, así lo explicó el supervisor general del relleno de Emalt, Guido Navarro. “Hasta que deje de producir lixiviados pasarán cerca de 20 años”.

En la actualidad este botadero está dividido en dos: las celdas de cierre, que están en etapa de recuperación de suelo y que demorarán por lo menos cinco años en estabilizarse.

“Ese espacio era el antiguo botadero. Se han hecho los tratamientos respectivos para mitigar los daños ocasionados por la basura y ahora solo falta la cobertura final o colocado de la vegetación”, agregó.

Navarro aclaró que esas áreas de cierre no son aptas para la construcción de viviendas, pues no son estables. Las otras celdas son las que reciben la basura alteña.

Revisión médicaExpuestasLas mujeres que realizan el reciclado de basura en Villa Ingenio asisten con regularidad a los centros de salud, según ellas, ya que se exponen a cortes y punzadas de objetos sucios al hacer la selección del material.

Las piscinas llegaron al 80% de su capacidad

Las piscinas de lixiviados, que son líquidos negros que emanan de la basura compactada en el relleno sanitario de Villa Ingenio, llegaron al 80% de su capacidad. Son nueve piletas construidas con material aislante, que tienen una capacidad de almacenaje de 50.000 metros cúbicos. Actualmente están con 40.000 metros cúbicos de lixiviados.

Gróver Apaza, responsable municipal del cierre del relleno sanitario, explicó que por día este botadero genera 70 metros cúbicos de esos líquidos, pero que la empresa tiene la capacidad de tratar 60 metros cúbicos día. Ellos hacen recircular el agua negra en las mismas celdas de la basura. El encargado manifestó que con esto es poco probable que las piscinas colapsen.

El gerente general de la Empresa Municipal de Aseo de El Alto (Emalt), Álex Sánchez, dijo que en estas piletas hay lixiviados de gestiones pasadas, “pero que se los está tratando de forma adecuada”.

Simón Cahuaya, fiscal del relleno por parte de Emalt, aseguró que se evita que las piscinas rebalsen y contaminen las aguas subterráneas y superficiales de la zona Villa Ingenio.

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