martes, 21 de enero de 2014

Dos obreros operan la fábrica de galletas IAFAL

Se trata de una línea de producción de alimentos, única en Cochabamba, emplazada sobre 1.000 metros cuadrados de extensión, en el Parque Industrial de Santivañez, distante a 22 kilómetros al sur de Cochabamba, IAFAL está totalmente automatizada con tecnología china y no requiere más de dos empleados para operar y producir, un promedio de mil kilogramos de galletas duras o saladas y 700 kilos de dulces por hora.

La importación de la moderna maquinaria, diseñada y fabricada para procesos productivos en países de la Comunidad Europea, demandó una inversión de 3 millones de dólares, mientras que su montaje electromecánico, en una infraestructura especialmente diseñada para sus operaciones, alrededor de un millón de dólares, totalizando más de 4 millones.

“Tenemos una línea de producción totalmente automatizada, casi no interviene la mano del hombre, con excepción de dos personas que controlan el proceso productivo mediante monitores, y eventualmente cuatro personas que se encargan del envasado y clasificación de producto”, sostuvo Henry Eduardo Flores, gerente propietario de Industria de Alimentos Flores Alarcón (IAFAL), dedicada desde hace 50 años a la elaboración de una variedad de panes, galletas, mezclas y concentrados de cereales y sopas en polvo, para el mercado de Cochabamba y del país. El equipamiento tecnológico de IAFAL comprende una cadena continua de máquinas y equipos diseñados para funciones específicas; una sobadora, dos trituradoras, tres laminadoras, un horno de 30 metros de longitud, una pulverizadora, una ordenadora, 60 metros de polea transportadora y una cadena de tres máquinas envasadoras con capacidad de embolsar 110 paquetitos, por minuto.

La moderna fábrica fue instalada hace seis meses, aproximadamente, aprovechando los servicios básicos y otras ventajas comparativas, como gas natural del Parque Industrial, técnicos e ingenieros bolivianos, construido sobre una superficie cubierta de 1.500 metros cuadrados, en un predio de 8 mil metros cuadrados.

Con un porcentaje de la producción de la planta del Parque Industrial, IAFAL cubre la necesidad de 15 mil y 5 mil raciones semana de desayuno escolar en los municipios de Caracollo de Oruro, Capinota, Tacopaya, Sicaya y Alalay de Cochabamba.

En la presente gestión, IAFAL se presentó a más de 20 licitaciones de desayuno escolar en los municipios provinciales de los nueve departamentos del país, con la esperanza de adjudicarse la provisión, aprovechando la logística de transporte de 20 vehículos que no poseen otras industrias de alimentos del Departamento.

Ante la necesidad de satisfacer una demanda, cada vez más creciente de queques, de 40 gramos, fortificados con vitaminas y otros nutrientes, IAFAL tiene programado importar e instalar hasta diciembre de este año una segunda planta con 3 millones de dólares y de las mismas características técnicas que la planta de galletas dulces y saladas, para producir de 25 mil unidades, por hora.

Para mediados del próximo año, la familia Flores Alarcón estima instalar otra planta similar, con las mismas características, inversión y capacidad productiva, en el Parque Industrial del Municipio de Santiváñez; esta vez para la producción a gran escala de Wafers, un producto que tiene mucha demanda en el mercado de alimentos, no sólo de Bolivia, sino también de países vecinos como Argentina, Brasil, Chile y Perú.

50 años de ejemplo empresarial

• IAFAL nació hace 50 años en Cochabamba como un emprendimiento familiar: “Industria Panificadora Tarija”, dedicado a la elaboración de una variedad de panes (colisa, bizcochitos, k’asis, marraquetas hasta mediados de 1992, cuando surge su actual denominación en base a una sociedad empresarial entre los cuatro hermanos para proseguir con la misma actividad. A principios de 2005, los hermanos emprenden otros rumbos empresariales y doña Hilda Alarcón viuda de Flores, establece una sociedad con su hijo Henry, a principios de 1992, para diversificar la producción a otros productos alimenticios, como galletas saladas y dulces, alimentos pre elaborados en base a granos andinos.



DERIVADOS

Una apuesta por alimentos preelaborados

La línea de productos preelaborados, que desde hace cinco años produce industrias IAFAL, como los apis en base a mezclas de leche en polvo, azúcar, canela y clavo de olor, con harinas de maíz morado o blanco, amaranto, tarwi, quinua y soya, son distribuidos como desayuno escolar en los municipios del área andina.

Son preparados en bolsa de cereales andinos y de los valles, que vienen mezclados con leche, azúcar y canela, listos para ser hervidos y servirse caliente, comentó el gerente de la industria de alimentos.

Refirió que los preelaborados son muy requeridos por los estudiantes de primaria y secundaria de los municipios rurales de Tacopaya, Sicaya, Alalay, Arque y Vinto, en el departamento de Cochabamba; Llallagua y Uncía, en Norte Potosí; Challapata, Caracollo y Huanuni, en el departamento de Oruro.

“Con ésta línea de producción, estamos incursionando también en los cinco municipios del trópico de Cochabamba, donde el Gobierno tiene el propósito de ampliar el horario de clases a 6 horas día, para que los alumnos se capaciten en talleres de carpintería, mecánica, electricidad, panadería, lechería y otras ramas técnicas”, sostuvo.

En caso de que el horario de las clases para formación técnica se amplíe hasta 6 horas, dijo que IAFAL se verá en la obligación de ampliar sus actuales instalaciones de la Plazuela Esteban Arce y del mismo Parque Industrial y adquirir maquinaria adecuada para duplicar o triplicar la producción actual, a fin de atender a demanda de este año y los siguientes años.

De manera simultánea, con maquinaria importada, IAFAL viene comercializando sopas precocidas como ch’aques de trigo, laguas de choclo y quinua molida, caldos de maní con arroz y fideo, ch’aques de quinua, lenteja, poroto con arroz preelaborado para unidades educativas rurales y elajadas.

AIFAL espera ganar la licitación del desayuno escolar en varios municipios del Trópico de Cochabamba y del Departamento de Santa Cruz, para incrementar la producción no sólo de apis con base en cereales andinos, sino también de sopas.

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