domingo, 25 de marzo de 2012

Saborati: Sabores tarijeños de altura

Esta nueva empresa | apuesta por la innovación en especias y condimentos gourmet destacando la esencia tarijeña.

Albahaca, rúcula, aloé, tomillo, limón...los olores de las hierbas se mezclan en el jardín de Mauricio Chávez, ingeniero de alimentos, que aprovecha con deleite cada una de ellas.

En un terreno sencillo y no muy grande, el artesano de sabores ha instalado su vivienda y el taller donde fabrica algunos de los productos gourmet exclusivos en Tarija bajo el sello Saborati (Sabores y aromas típicos). Sal con limón, sal de Uyuni ahumada, aceite de albahaca, lechuga orgánica, el famoso licor italiano Limoncello, y un escabeche de ajíes de la zona con vinagre de vino patero... Poco a poco Mauricio está haciendo conocer sus productos en diferentes restaurantes y tiendas en Tarija, exporta también el Limoncello hasta exclusivos lugares en La Paz y espera ampliar sus mercados. El Limoncello, un licor tradicional en Italia hecho en base a cáscara de limón, que se usa como bajativo y tiene un fuerte sabor a limón pero muy agradable, es uno de los productos estrella de Saborati, que no utiliza aditivos químicos en ninguno de sus productos.



Hoja a hoja

Pero Mauricio Chávez sabe que el camino debe hacerse con calma para que sea seguro. El empezó a trabajar en su huerta e imaginó ya Saborati en 2009. Luego de tener por mucho tiempo un trabajo estable y con un sueldo fijo, el tarijeño que había viajado a hacer una maestría en desarrollo sostenible a Italia, se enamoró de la cocina, pero sobre todo de sus especias y condimentos, así que se decidió por empezar un trabajo propio, y aunque no ha sido fácil, le da la satisfacción de poder hacer productos que no se venden por la cantidad, sino por la calidad.

Tarija ha iniciado un camino sin retorno para convertirse en el referente de la comida mediterránea en nuestro país. Su clima y su entorno permiten que los fabricantes de vinos de altura, de jamones de primera y de quesos de diferente extracto, estén logrando un menú exclusivo que no es para nada cerrado, está abierto ha nuevos sabores como el de la sal ahumada, o el de los ajíes que acompañan cualquier comida tarijeña y más si están hechos en escabeche.

Mauricio tiene contacto con World Wide Oportunities on Organic Farms (WOOF), un intercambio de servicios básicamente en el que los voluntarios trabajan a cambio de casa y comida, por lo que hay veces en que Mauricio recibe extranjeros de esta organización que ayudan con el mantenimiento de la huerta, sobre todo, pero también lo acompañan a experimentar y buscar nuevos sabores.

“El objetivo máximo de mi empresa es enriquecer la gastronomía tarijeña”, explica Mauricio, jefe, distribuidor, empleado y creador de este emprendimiento que comenzó oficialmente en 2011. Ahora, Chávez se dedica a introducir sus nuevos productos en el mercado, a buscar otros lugares para ellos y en su tiempo libre, que no es mucho, imagina cómo escribirá un libro al que ya le ha puesto título y que resumirá muchos años de su trabajo junto a sus compañeros de otros países: “Cocinando con gringos”.

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